La cantidad de personas menores de edad con depresión aumentó durante la pandemia de Covid-19, y afectó sobre todo a las adolescentes y a quienes viven en hogares con un nivel de ingresos relativamente elevado. La ansiedad también tuvo un incremento en estos grupos de edad con respecto a los niveles previos a la pandemia, pero este fue menor al de la depresión.
Estas son las principales conclusiones a las que llegó una revisión sistemática y metanálisis de 53 estudios longitudinales que incluyeron a más de 40 mil infantes y adolescentes en 12 países (entre los cuales no está incluido México) publicada hoy en el Journal of the American Medical Association (JAMA).
De acuerdo con los autores del estudio, de diversas instituciones de investigación y salud de Canadá, los resultados “sugieren que la incertidumbre generalizada, las restricciones a veces severas y las interrupciones repetidas durante la pandemia podrían haber empujado a algunos jóvenes, especialmente mujeres adolescentes, más allá de su umbral de estrés típico”.
Vulnerables. El aumento de tiempo frente a pantallas y los cierres escolares son los principales factores de riesgo.
Los autores señalan que numerosos estudios han llegado a conclusiones similares a estas, pero también que hay otros estudios que no han encontrado afectaciones, por lo que consideraron necesario hacer el meta análisis considerando todos los estudios que tuvieran metodologías que permitieran comparar los resultados.
Entre los factores que pudieron haber afectado la salud mental de las distintas poblaciones, los autores destacan el aumento del tiempo frente a las pantallas, los cierres y las interrupciones escolares, la cancelación de actividades extracurriculares, el aumento de la soledad, la disminución de la actividad física y la falta de acceso a apoyos escolares de salud mental.
Además, pudieron ser relevantes los aumentos en los síntomas de depresión y ansiedad de los padres, la violencia familiar, pérdidas de empleo y consumo de alcohol.
“Nuestros resultados –afirman los autores– hacen sonar un llamado de atención a los formuladores de políticas de que se necesita una respuesta para abordar directamente la crisis de salud mental que experimentan niñas, niños y adolescentes”.
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