A Quiet Place o la disciplina del silencio

15 de Noviembre de 2024

Alejandro Alemán
Alejandro Alemán

A Quiet Place o la disciplina del silencio

alejandro aleman

A Quiet Place, la segunda cinta como director del también actor y comediante John Krasinski, es un interesante experimento que mezcla el género de terror (concretamente el conocido como terror de supervivencia) con el cine silente. El truco funciona como atractivo ejercicio de narrativa autoimpuesto por el propio director quien, prácticamente sin diálogos, aunque con audio incidental y a veces algo de música, debe ingeniárselas para contar su historia.

La audiencia se involucra como pocas veces sucede en este tipo de cintas: más allá del jump scare, el silencio que permea en la sala se vuelve un elemento de tensión constante del cual es imposible escapar. Así, A Quiet Place es una cinta que le exige al público la disciplina de guardar silencio (obviedad que sin embargo cada vez es más difícil que se respete en una sala de cine), pero también es una cinta donde el director se exige disciplina y cumple con el trato, entregando atmósferas ominosas, un relato bien armado y en general una película que juega con las posibilidades narrativas de un género que usualmente se limita al susto facilón.

El filme se sitúa en algún momento del futuro, en una realidad posapocalíptica donde poco a poco se nos revelan pequeñas pistas de lo que ha pasado: una comitiva alienígena ha invadido el planeta, la sociedad como tal ya no existe y uno de los últimos descubrimientos que se revelaron en el combate a estos alienígenas es que tienen un sentido superdesarrollado del oído, por lo que atrapan a sus víctimas —es decir, a nosotros— por los ruidos que hacemos al caminar, correr o comunicarnos.

Una familia compuesta por papá (el propio Krasinski), la mamá (Emily Blunt) y tres hijos pequeños (Cade Woodward, Noah Jupe, y Millicent Simmonds, quien en efecto es sordomuda) sobreviven mediante la disciplina que les exige vivir sin hacer el menor ruido, por lo que han aprendido lenguaje de señas para comunicarse, salen a cazar descalzos y mantienen un sistema de luces para avisar cuando alguien está en peligro.

Poco a poco se irán descubriendo las reglas de este juego y las consecuencias de no respetarlo. Hay algo allá afuera acechando y lo único que asegura la sobrevivencia es permanecer callados. ¿Mencioné además que la mamá está embarazada, a días de dar a luz?, ¿cómo diantres se puede dar a luz sin hacer el menor ruido?

Aunque al final ciertos tropos son reconocibles (aquella escena remite a Jurassic Park, aquella secuencia recuerda a Depredador, tal solución remite a Mars Attacks) queda la sensación de haber experimentado algo que no se vive todos los días en el cine.

@elsalonrojo