La escena más importante de LOGAN -la nueva cinta de James Mangold (Walk the Line, 2005)- se asoma a Shane, aquel western clásico de 1953 en el que un pistolero que intenta retirarse, es forzado a empuñar el revólver y hacer justicia por última vez.
Se trata del diálogo final de la cinta, donde Shane (Alan Ladd) acepta que la vida como matón lo ha marcado y que nunca podrá huir de ella.
Ese sentimiento de western revisionista es el que James Mangold intenta afanosamente impregnar para esta, la que, supuestamente, será la última cinta con Hugh Jackman interpretando el único papel que sabe hacer y al cual le debe toda su carrera: Wolverine.
Quien ve esta escena (en la pantalla de un televisor) es X-23 (Laura Kinney, interpretada con lujo de mirada penetrante por la pequeña Dafne Keen), una niña mutante que llega de improviso a la vida de un avejentado y muy disminuido Logan (Jackman), ya retirado del negocio de jugar al X-Men y que ahora es conductor de un Uber (sic).
Al igual que Shane, Logan se verá forzado a empuñar las garras una vez más cuando la mamá de la niña lo busca y le pide los lleve a la frontera con Canadá, so pretexto de que la menor probablemente sea su hija, ya que (y eso viene en el trailer, conste) cuenta no sólo con el poder de curación de Logan, sino también con garras de adamantium.
Olvídense de la grandilocuencia que caracteriza a las cintas de X-Men (o para el caso de las cintas basadas en cómics), estamos ante una película de superhéroes filmada en tonos ocres, sucia, sin spandex, donde el horizonte es lo único que brilla y donde el color más intenso es el de la sangre.
Renunciando a la idea de que este tipo de cine debe ser dirigido solo a niños, la película se da el lujo de ser sumamente explícita con las muertes, los destazados y los apuñalados por las garras de X-23 y de Logan.
Mostrar sangre y pechos femeninos te da la clasificación C, pero eso no hace que tu película sea adulta. LOGAN cumple en su homenaje a la atmósfera del western, pero deja a lado el trasfondo: no esperen a un Wolverine arrepintiéndose de su vida como matón y retirándose hacia el ocaso. Esperen, eso sí, una puerta ligeramente abierta para una nueva saga de niños mutantes. Business as usual.
Ingeniero, locutor y crítico de cine con más de 10 años de experiencia profesional.