Sacudida al duopolio televisivo. Parte 1

1 de Diciembre de 2024

Sacudida al duopolio televisivo. Parte 1

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La lenta reacción de Televisa y TV Azteca ante el panorama digital tiene consecuencias y caen ingresos

tv_abierta FOTO: Archivo | Especial

Dueños y directivos no entendieron a tiempo las señales de que el esquema de negocios y las audiencias cambiaron

Aleida Calleja*

Sí, muchos vaticinan la muerte de la televisión abierta ante la entrada de nuevas plataformas tecnológicas como las redes sociales (YouTube, Facebook, Twitter, entre otras) y las llamadas OTT’s (Over the Top como Netflix, Claro, Blim, Amazon, etcétera), especialmente entre la población joven que prefiere informarse y entretenerse armando su propia programación, saltándose los molestos cortes comerciales y la sujeción a determinados horarios de transmisión. TVabierta

Los consumos audiovisuales están cambiando de manera drástica. Hoy, la gente prefiere ver videos y programas de manera multiplataforma a través de sus teléfonos celulares, tablets o pantallas móviles que les permiten reproducir contenidos a la hora que quieran, lo que ha provocado una amplia demanda de acceso a la banda ancha móvil para acceder a contenidos.

En México, la televisión abierta cambió de manera sustancial en 2016, con el cese de la televisión analógica y el inicio a la televisión digital, que tiene como principal característica la mejora de la calidad de imagen y nuevas señales de programación a través de la llamada multiprogramación.

A pesar de eso, las cifras marcan una caída importante de audiencias para los tradicionales canales de televisión (Televisa y TV Azteca), por lo que han tenido que hacer cambios en su parrilla programática, especialmente en lo que a noticiarios y programas de opinión se refiere.

¿Pero en verdad la televisión abierta está agonizando? Creo que no, en todo caso lo que estamos presenciando es un cambio en el ecosistema mediático que integra nuevos medios y formas de consumir contenidos, pero todavía hay un grueso de personas en el país que aún no tiene esa oportunidad y que son los desconectados, los que aún no tienen acceso a la banda ancha, ya sea por falta de infraestructura o porque los costos son muy altos como para pagar un paquete de internet, en esa situación está poco más de la mitad de la población, para este sector, la televisión abierta sigue siendo su principal fuente de información y entretenimiento.

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El mercado lo sabe y por eso hay un apetito importante para abrir nuevos canales de televisión. Este año vimos el nacimiento de Imagen TV, que se agrega como la tercera cadena nacional y está en curso la licitación de 148 canales más que podrán ser televisoras locales, regionales o incluso una nueva nacional.

Entre estas dos realidades, el intensivo cambio de consumos audiovisuales y los desconectados, lo cierto es que la televisión mexicana vive una clara crisis de contenidos, las nuevas plataformas digitales están cambiando la lógica de producción y transmisión de forma disruptiva, lo que ha obligado a Televisa a crear, tardíamente, Blim; sin embargo, su oferta es limitada si se le compara con los aproximadamente 3,200 títulos que ofrece Netflix en su catálogo para México, entre producciones propias y externas de diversos países. Además de que esta OTT ha desarrollado exitosas aplicaciones para los sistemas operativos Android, iOS y Windows Phone, se encuentra contenida en televisores inteligentes, blu-rays, y tiene compatibilidad con consolas de videojuegos (PS3, PS4, Wii, Wii U, Xbox 360 y Xbox One), set-top boxes y Chromecast.

A partir de esta nueva lógica, la televisión abierta se transforma y ahora tiene que ser multiplataforma para poder sobrevivir en el nuevo entorno, convivir y compartir el mercado con las OTT, para el caso de los medios comerciales, y las audiencias, para el caso de los medios no lucrativos; por ejemplo, el sistema de Radio y Televisión nacional de Colombia RTVC lanzó en agosto de este año su OTT poniendo a disposición del público la producción de sus diferentes canales.

Hoy se pelea la audiencia programa por programa, por eso el contenido es el rey y ya no la plataforma tecnológica como la televisión lineal o abierta.

En esta lógica multiplataforma, el público deja de ser necesariamente pasivo, vía las redes sociales como Twitter o Facebook la gente conversa sobre sus series y programas favoritos.

El video mató a la estrella de la radio, indicaba una canción en los años 80, a la distancia observamos que no fue así, la radio sigue siendo un medio que pervive por sus propias características, como tampoco la televisión mató al cine, ni el cine mató al teatro.

›Bajo esta perspectiva el internet y las OTT no matarán a la televisión, creo, sino, en todo caso, están cambiando a la televisión tradicional obligándola a adaptarse a sus audiencias, que tienden a la personalización del contenido audiovisual y a decidir de manera autónoma qué, cuándo y cómo lo ve, forzando a los operadores a fragmentar cada vez más a sus espectadores de acuerdo a sus perfiles y características.

El llamado duopolio televisivo, acostumbrado a ser la única opción de entretenimiento e información, finalmente tiene competencia, no solo por la aparición de Imagen TV (que no sobra decir no ha marcado ninguna diferencia hasta ahora) y por las nuevas frecuencias que se licitan, sino también por los factores externos del video bajo demanda y por una generación de jóvenes nativos digitales que son alérgicos y críticos a los contenidos tradicionales de las televisoras.

Eso impuso que Televisa anunciara un cambio de estrategia, primero cambiando el nombre de “Canal de las Estrellas” a “Las Estrellas” y después, sacando a Joaquín López-Dóriga luego de 16 años al aire, quien conducía el informativo estelar de las 10 de la noche, para apostar por la periodista Denise Maerker, quien hasta el momento muestra bajos índices de raiting, el principal insumo para motivar a sus anunciantes. De manera más reciente, la empresa anunció el despido de sus protagonistas centrales como Joaquín López Dóriga, Adela Micha y Víctor Trujillo, porque no atrajeron anunciantes. Esta baja de ingresos tendrá como consecuencia el despido de miles de trabajadores, que según se dice en “radio pasillo” podría ser hasta de un 20% de su planta laboral.

La lenta reacción del duopolio ante el nuevo panorama digital está teniendo consecuencias, sus dueños y directivos no entendieron a tiempo las señales de que el esquema de negocios y las audiencias cambiaron. La lección también la deberían tomar los políticos, pues actualmente sus carreras no pasan sólo por la pantalla chica, sino también por las plataformas digitales, tal como se mostró en las recientes elecciones en Estados Unidos.

SU MAJESTAD EL RATING. Después de 16 años, Televisa sacó del aire a Joaquín López Dóriga para apostar por la periodista Denise Maerker, que hasta el momento muestra bajos índices de audiencia.

*Especialista en regulación, medios y convergencia