A menos de 24 horas que las tropas ucranianas se retiraron de la ciudad de Kreminna, las fuerzas rusas se apoderaron del sitio. “Miles de habitantes de Kreminna no tuvieron tiempo de huir y ahora son rehenes de los rusos”, señaló Serguéi Gaidai, gobernador de la región de Lugansk, quien hizo un llamado a todos los ciudadanos que viven en las inmediaciones para que evacúen de inmediato.
La captura de esta pequeña localidad puede anunciar el inicio de la anticipada gran ofensiva rusa en el Donbás, toda vez que los combates están arreciando en la cercana ciudad de Rubizhne y en toda la zona este de Ucrania. De igual forma, deja al ejército del Kremlin a sólo 50 kilómetros al noreste de Kramatorsk, la capital de facto de la zona del Donbás controlada por Kiev y uno de los objetivos clave de Moscú.
Y aunque no ha habido nuevos encuentros para negociar la paz, este martes, la viceprimera ministra de Ucrania, Iryna Vereshchuk informó que 76 prisioneros de guerra regresaron en un intercambio con Moscú. “Hemos intercambiado a 60 militares, entre ellos 10 oficiales. Dieciséis civiles también volvieron a sus hogares”, indicó, toda vez que las autoridades del país dieron a conocer un video en el cual el empresario Viktor Medvedchuk, cercano al presidente ruso Vladímir Putin, pide ser intercambiado por soldados y civiles sitiados en Mariúpol. Esta transacción de prisioneros es el quinto intercambio de este tipo que se ha dado entre Rusia y Ucrania desde el comienzo de la invasión, hace ya cerca de dos meses.
La ofensiva rusa no se ha limitado únicamente a las ciudades y aldeas; en Mariúpol, la situación en la planta de Azov-
stal —uno de los últimos bastiones que aún está bajo control ucraniano— es crítica. “Nos quedan solo unos días, o incluso horas. Hacemos un llamado a los líderes mundiales para que apliquen el procedimiento de extracción a los militares de la guarnición de Mariúpol, a los civiles que están con nosotros aquí en la planta. Le pedimos que nos lleve al territorio de un tercer país y nos brinde seguridad”, declaró a CNN Serhii Volyna, comandante de la 36a Brigada Separada de Infantería de Marina de Ucrania.
Se espera que en el transcurso de las próximas horas, la zona quede bajo control de los soldados rusos. Al respecto, Ramzan Kadyrov, el líder de la región rusa de Chechenia y aliado de Vladímir Putin, aseguró que pronto tendrían el control de la planta, pese a que no han logrado lo mismo con Mariúpol.
No obstante las sanciones que continúan incrementando —como la inclusión de las hijas de Putin en una lista de incautaciones de activos y prohibiciones de viaje por parte de Canadá—, Serguéi Lavrov, ministro ruso de Relaciones Exteriores del país, anunció una “nueva fase” de la ofensiva y dijo que esta constituirá “un momento muy importante para esta operación especial”, usando los términos con los cuales Moscú se refiere a la guerra.
En contraste, Oleg Tinkov, famoso empresario ruso, se pronunció en contra del conflicto con fuertes palabras “¡No veo NINGÚN beneficiario de esta loca guerra! Gente inocente y soldados están muriendo. Los generales, al despertarse con resaca, se dieron cuenta de que tenían un ejército de mierda. ¿Cómo puede ser bueno el ejército, si todo lo demás en el país es una mierda y está sumido en el nepotismo y el servilismo?”, publicó en su cuenta de Instagram.
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