Al haber pasado a manos de la milicia rusa, Mariúpol se ha convertido en “una ciudad de fantasmas” tal como lo afirmó Petro Andriushchenko, asesor del alcalde de la ciudad portuaria. Y si bien no se ha establecido con claridad el número de víctimas, se estiman al menos 22 mil muertos.
Por su parte, el alcalde de Mariúpol, Vadim Boichenko, acusó a las “fuerzas de ocupación rusas” de comportarse como un “Estado terrorista”, durante una intervención virtual ante el Foro Económico Mundial de Davos, en Suiza.
En busca de más control sobre el territorio ucraniano, las tropas rusas centran actualmente su ataque en Lugansk, en la cuenca minera del Donbás, donde la situación “empeora a cada hora”, según palabras del gobernador regional, Serguéi Gaidai.
“La localidad de Severodonetsk es bombardeada las 24 horas del día” por los rusos, fueron sus palabras. De controlar este punto, Rusia podría afianzar su poderío en el este del país, toda vez que la toma de Mariúpol le permitió formar un nexo terrestre entre la región del Donbás y la península de Crimea.
Con la guerra entrando en su cuarto mes, Rusia se encuentra en gestiones para suprimir el límite de edad para entrar en el ejército. La información, dada a conocer por la cámara baja de su parlamento, podría contribuir a “atraer a especialistas en ámbitos populares, sobre todo relacionados con los civiles (apoyo médico, ingeniería, mantenimiento, explotación, comunicaciones, etc) para el servicio militar bajo contrato”.
Cabe recordar que durante abril, este país lanzó el “llamado de primavera 2022” para conseguir nuevos reclutas, en plena escalada bélica y una feroz resistencia de los ucranianos. El propio gobierno dio a conocer que se aceptaron 134 mil 500 aspirantes, los cuales aseguró que no han sido mandados al frente.