De nueva cuenta, miles de ciudadanos en las partes de Ucrania ocupadas por Rusia están siendo trasladados al territorio de la exrepública soviética. De acuerdo a fuentes de inteligencia occidental, los ucranianos pasan por “campos de filtración”, en donde analizan sus expedientes e identidades. En el caso de no representar ninguna amenaza, son reubicados en áreas económicamente deprimidas de Rusia.
Según las declaraciones del mismo Vladímir Putin antes de la invasión, el objetivo de la exrepública soviética es “rusificar” Ucrania, motivo por el que este jueves, las autoridades en la ciudad ocupada de Mariúpol anunciaron que los programas escolares se modificarán para que los estudiantes comiencen a familiarizarse con la enseñanza rusa durante el periodo vacacional. “Todo el verano los niños tendrán clases de lengua y literatura rusa, de historia rusa y clases de matemáticas en ruso. El objetivo principal es la ‘des-ucranización’ y la preparación para el nuevo curso escolar según el plan de estudios ruso”, informó Petro Andriushchenko, consejero del alcalde de la ciudad. Esta medida, sin embargo, podría enfrentar obstáculos por la falta de maestros capacitados.
Tanto la reubicación forzosa de ciudadanos como la imposición de una identidad rusa podrían engrosar la lista de crímenes de guerra que investiga Ucrania. En este sentido, en la jornada de este día, las autoridades de este país informaron que los soldados Oleksandr Bobykin y Oleksandr Ivanov se declararon culpables de “violar las leyes y costumbres de la guerra conducida con conspiración grupal preliminar” ante un tribunal especializado, que emitirá su veredicto el 31 de mayo.
Y aunque Ucrania ha tratado a sus prisioneros de guerra según lo que dicta el Convenio de Ginebra, los soldados capturados por Rusia podrían no correr la misma suerte, ya que el gobierno del Kremlin no los considera prisioneros, sino “terroristas y neonazis”, lo que también viola derechos y tratados internacionales de guerra.
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