¿Y los salarios?

23 de Noviembre de 2024

Enrique Del Val
Enrique Del Val

¿Y los salarios?

enrique del val

Las últimas noticias en casi todo el mundo hablan de que la inflación no cede, a pesar de los esfuerzos que muchos gobiernos están realizando para reducirla. En los Estados Unidos la tasa inflacionaria ya es superior al 9%; en la Gran Bretaña es superior al 10%; incluso en Japón ya está cercana al 3% y en nuestro país ya superó el 7 por ciento.

En Estados Unidos, después de un primer fracaso con su “Build Back Better Act” el año pasado, el gobierno del presidente Biden ahora logró aprobar la que se ha denominado en español como la “Ley de Reducción de la Inflación”, cuyos objetivos son, por un lado, obtener recursos adicionales y, por el otro, dar subsidios a las personas en temas fundamentales, como los medicamentos y el medio ambiente.

Entre las medidas destacan algunas, como la de dar créditos e incentivos para fomentar las energías limpias a través del otorgamiento de descuentos en la compra de automóviles eléctricos, paneles solares, etcétera, o la de subsidiar mediante una cantidad fija la compra de medicamentos y que el gobierno negocie con las grandes empresas farmacéuticas el precio de éstos. Una de estas medidas trata de un tema muy importante, la implantación de un impuesto del 15 por ciento a los ingresos de las grandes corporaciones, considerando como tales a las que obtienen ganancias por arriba de los mil millones de dólares.

Con esta ley pretenden reducir la inflación más grande que han tenido en los últimos 40 años y cuyos resultados se verán en los próximos 10 años. Varios comentaristas y analistas económicos han indicado que, aunque parece que es una gran medida, la realidad en los cálculos preliminares es que el ingreso estimado que tendrá el gobierno será de 324 billones de dólares, con un decrecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) al largo plazo de -0.2%, una pérdida de empleos de cerca de 30 mil y un decrecimiento también en los salarios de -0.1 por ciento. Todos estos datos han sido proporcionados por la Tax Foundation.

Es decir, pese al gran esfuerzo, parece que los resultados en el largo plazo serán poco alentadores. Aunado a ello, el Fondo Monetario Internacional acaba de señalar que el crecimiento real del PIB mundial pasará de 6.1% a 3.2% este año y se calcula que será de 2.9% para 2023. Un panorama nada halagüeño.

Con estos datos, la perspectiva para nuestro país no pinta nada bien. Seguimos con una inflación alta y un crecimiento bajo, sin duda derivado de causas externas, como la guerra de Rusia-Ucrania, los efectos todavía de la pandemia y una política económica recesiva para que los números de la llamada macroeconomía sean más o menos aceptables y para concentrar, a cualquier costo, los recursos en los grandes proyectos del actual gobierno.

En varias partes del mundo, y ahora en nuestro país, ya empieza a surgir el tema de los salarios. Hasta ahora han sido contenidos, con el resultado del incremento de la pobreza pese a los subsidios que se otorgan. La razón es bien clara: los precios de los productos, sobre todo los que consumen quienes ganan menos están subiendo demasiado rápido, fundamentalmente los alimentos

Los datos reales indican que desde finales de 2020 el salario real ha caído permanentemente y no se ve para cuándo se podrá recuperar, a pesar de la excelente medida del aumento como nunca de los salarios mínimos en nuestro país.

Se necesitan más y mejores medidas de apoyo, no solo a los pobres, sino a las clases medias que están sufriendo esta espiral inflacionaria, en la cual no han participado los salarios hasta el momento. Esperemos que, tomando en cuenta lo que está pasando en el mundo, pueda haber un margen de maniobra en el gobierno mexicano para allegarse más recursos de los que tiene, para poder paliar la creciente pobreza que se avecina si continúan las cosas como van, pretendiendo la contención salarial.