Plutarco escribió a principios de nuestra era que “la disparidad entre ricos y pobres es la más vieja y fatal dolencia de todas las repúblicas”. Varios siglos después seguimos en lo mismo; en algunas partes del mundo agravándose, mientras que en otras, ciudadanos y gobiernos procuran cambiar las cosas para lograr al menos que la disparidad se reduzca de una manera significativa.
Se dice que América Latina es la región más desigual del mundo, pero en algunos países más desarrollados existe una desigualdad igual a la nuestra o a la de África.
Por ejemplo, Estados Unidos es un país donde la desigualdad es exhibida todos los días y, en cierta forma, combatida por algunos políticos y sobre todo por organizaciones que se dedican a estudiar el fenómeno.
Una gran ventaja que se tiene en ese país es que la información puede consultarse sin problema y está actualizada, lo cual es uno de los grandes obstáculos que tenemos en nuestros países: el difícil acceso a información sobre la riqueza.
Hay una ONG llamada Inequality Organization (IO), que desde hace años se dedica a denunciar la terrible desigualdad que existe, no solo en su país, sino en muchas partes del mundo. Recientemente han elaborado un documento en el cual relatan lo que a su juicio son las 10 victorias en la lucha contra la desigualdad en 2022. Por su importancia, comentaré algunas que incluso podrían ser ejemplo para el mundo.
Una de ellas es el logro de la sindicalización de los trabajadores en grandes empresas como Amazon, Starbucks o la de alimentos denominada Chipotle. Ha sido una lucha de años, pero lo están logrando, aunque sea a escala. Esta sindicalización permitirá obtener mejores salarios y prestaciones a los empleados. El documento señala que los principales ejecutivos de las dos primeras empresas mencionadas, ganan mil veces más que los que percibe un trabajador de nivel medio.
Otra es la reciente ley aprobada, denominada “Inflation Reduction Act” (IRA), que tiene varias aristas; una de ellas se refiere a las grandes corporaciones farmacéuticas que ahora están obligadas a negociar los precios de sus medicamentos con las autoridades en la materia, por lo menos de los más costosos. Si no lo hacen, se les aplicará un impuesto adicional, además de que no podrán elevar los precios más allá de la inflación.
Entre los datos impresionantes que menciona el documento está que la famosa Pfizer tiene a 76 cabilderos trabajando de tiempo completo para defender sus intereses en el gobierno y el Congreso; y un dato que indica la desproporción qué hay en los salarios y beneficios en ese país es que el principal ejecutivo de la farmacéutica, el señor Albert Bourla, recibió en el año 2021 la cantidad de 24 millones de dólares como pago por sus servicios.
También con la IRA se creó un impuesto del 15% a las grandes corporaciones e incluso en algunos estados, como en Massachusetts, los votantes aprobaron un impuesto adicional de un 4% para aquellas personas que tuvieran ingresos superiores al millón de dólares.
En el documento de IO se menciona que hay una ola en América Latina en la lucha con la desigualdad a partir de la llegada de nuevos presidentes, tales como Gustavo Petro en Colombia, quien ha introducido un impuesto progresivo a las fortunas de las personas más ricas del país; igual que Luis Inácio Lula en Brasil, quien anunció que elevará los impuestos al ingreso y a las fortunas y, por último, Gabriel Boric en Chile, quien a pesar de que no logró su reforma constitucional, continúa insistiendo en impuestos sobre la riqueza y las empresas mineras.
México no está mencionado en esta ola, por la sencilla razón de que esta administración pública no ha querido tocar ni con el pétalo de una rosa a los dueños del gran capital. Es una oportunidad perdida para un gobierno de izquierda.