La semana pasada se efectuó una reunión del Consejo de Universidades Públicas de la ANUIES en la Universidad de Nuevo León, en un momento muy propicio para mantenernos al tanto de las discusiones sobre el presupuesto de egresos en la Cámara de Diputados en los próximos días.
Durante esta reunión, el secretario general ejecutivo de la asociación, Luis Armando González Plasencia, informó sobre las acciones que las universidades han tomado en términos de austeridad y especialmente en relación con el aumento de la matrícula. Asimismo, planteó la problemática particular de las universidades e instituciones a nivel estatal donde existe un déficit aproximado de 13 mil millones de pesos.
La directora general de Educación Superior Universitaria e Intercultural, Carmen Rodríguez Armenta, realizó una presentación espléndida sobre la situación actual en las instituciones bajo el control de la SEP. A continuación, me referiré a algunos de los datos que considero más relevantes.
En primer lugar destaco el dato que muestra el compromiso de las universidades para aumentar la matrícula año tras año durante la presente administración, a pesar de que no ha habido un incremento al presupuesto. Las cifras indican que en los últimos cinco años se ha aumentado en más de 500 mil alumnos en todas las universidades. Sólo en el ciclo actual, en comparación con el anterior, hubo un ascenso de 107 mil 210 alumnos más.
Un tema relevante a considerar es que en los últimos cuatro años, en las universidades estatales de todo tipo, las mujeres son mayoría en comparación con los hombres, con un aumento sorprendente de 2018 a 2023. Del total de 97 mil estudiantes, 78 mil son mujeres y 19 mil hombres, lo que indica una feminización de la matrícula en estas instituciones, lo cual es excelente.
Otro dato importante se refiere a las carreras más demandadas en estas instituciones, siendo las primeras: Derecho, Administración de Empresas, Ingeniería Industrial, Contabilidad y Fiscalización, y Psicología. En todas estas carreras, excepto en Ingeniería, las mujeres representan la mayoría.
Sin embargo, hay datos preocupantes que requieren una atención inmediata. Uno de ellos es la tasa de abandono a nivel de licenciatura, donde la mayor proporción, más de 22%, se encuentra en las universidades públicas estatales con apoyo solidario y más del 12% en las universidades interculturales.
Otro tema crítico es el de la cobertura y absorción por entidades federativas y, en este aspecto, los estados más afectados son los del sur. Tomando en consideración la tasa de cobertura bruta nacional, que es de 42.1%, se observa que Chiapas está 21.7% por debajo, Oaxaca 20.3% por debajo y Guerrero 17.9% por debajo de la cobertura bruta.
En cambio, la Ciudad de México tiene una cobertura de más del 100%. En resumen, 20 estados están por debajo de la media nacional, lo que representa una vergüenza, en comparación de otros países latinoamericanos, como Chile, Uruguay y Cuba.
La única forma de abordar y solucionar este problema es asignar recursos frescos a los estados que más los necesitan, para que puedan ampliar sus instalaciones y contratar a los profesores y equipos necesarios. Esto no ha ocurrido en esta administración y, por tanto, la brecha se ha ampliado.
Finalmente, a pesar de los esfuerzos realizados en la Subsecretaría de Educación Superior, en 2018 había nueve universidades en crisis de recursos; para 2023 quedan seis con problemas financieros y una urgente necesidad de apoyo.
Todos esperamos que en el último año del presupuesto de este gobierno la educación superior sea considerada como prioritaria y que se le apoye con recursos adicionales a los que normalmente se le han otorgado.