URAMEX-LitioMx

18 de Noviembre de 2024

Enrique Del Val
Enrique Del Val

URAMEX-LitioMx

Una de las obras cumbre de Carlos Marx fue “El dieciocho brumario de Luis Bonaparte”, publicado en 1852 y cuyo texto en su primer párrafo dice la famosa sentencia “la historia ocurre dos veces: la primera vez como gran tragedia y la segunda como farsa”. Esto es lo que nos puede ocurrir con la decisión sobre la creación de la paraestatal para el manejo del ahora valiosísimo mineral litio.

Y decimos que se puede repetir, porque tenemos el antecedente de otro mineral, también muy valioso y estratégico, que es el uranio.

Al día siguiente de aprobarse la Ley Reglamentaria del Artículo 27 de la Constitución en Materia Nuclear, el 27 de enero de 1979, se creó el organismo público descentralizado denominado URAMEX que culminó con la creación del Instituto Nacional de Investigaciones Nucleares (ININ).

Eran los años del crecimiento económico y durante el régimen del presidente López Portillo se proponía que el país alcanzara una generación de electricidad con combustible nuclear del 40 por ciento del balance energético. La decisión se justificaba ya que, en esa época, el país dependía en un 92% de combustibles fósiles.

Pero fue pasando el tiempo y nunca se asignaron los recursos suficientes para que URAMEX funcionara debidamente. Con la llegada del nuevo régimen del presidente Miguel de la Madrid, en diciembre de 1984 se aprobó una nueva Ley Nuclear que cortaba de tajo con las expectativas creadas y se pasó al apoyo masivo a Pemex, argumentando que se invertirían 700 mil millones de pesos en la prospección petrolera y dejando de lado la búsqueda de nuevas fuentes alternativas de energía. Muchos nos acordamos de la gran defensa que hizo el sindicato SUTIN del tema, hasta que fueron derrotados.

Ahora nos encontramos con otro esfuerzo con la creación de LitioMx, nueva empresa estatal que se encargará de su regulación con el apoyo del Servicio Geológico Mexicano y que deberá estar constituida en los próximos 90 días.

Hasta este momento hay confusión en cuanto a las supuestas reservas de litio que existen en nuestro país, sobre todo, tomando en cuenta lo que declaró en octubre de 2018 la primera secretaria de Economía, Graciela Márquez, quien manifestó ante los senadores: “Es muy importante, y aquí quiero recalcar, cuando se hizo esa estimación del yacimiento del litio se tomó en cuenta toda la arcilla, pero estas toneladas de arcilla no son litio”.

Sin duda, este mineral llamado “oro blanco” tiene gran futuro. En el magnífico “Estudio Económico de América Latina y el Caribe”, elaborado por la CEPAL, se da cuenta de la importancia de este, indicando que el mercado del litio, que estaba valorado en el año 2020 en dos mil 700 millones de dólares, pudo haber alcanzado la cifra de cuatro mil millones el año pasado.

Asimismo, dicho estudio cita que casi el 60% de este mineral se encuentra en el denominado “triángulo del litio”, mismo que comprende a Bolivia, con casi 25%; Argentina, con 23% y Chile, con 11 por ciento.

En cuanto a nuestro país, según los datos del Servicio Geológico de Estados Unidos, tenemos el dos por ciento.

De acuerdo con los expertos mencionados en un artículo del periódico El Financiero, el gobierno mexicano deberá destinar miles de millones de pesos y le tomará varios años comenzar a extraer cifras importantes de este recurso natural, pero, además, deberá considerar el riesgo de no encontrar litio en las minas, el cual es muy alto.

Por supuesto que no estamos en contra de que se desarrolle una empresa estatal; sin embargo, dadas las condiciones actuales del presupuesto nacional, agobiado por las erogaciones adicionales que se están destinando a los grandes proyectos, nos preguntamos: ¿de dónde se van a conseguir estos recursos? ¿será reduciendo, una vez más, los de educación y salud? No se vaya a cumplir la sentencia de Carlos Marx.