Todavía no hemos visto nada

22 de Noviembre de 2024

Enrique Del Val
Enrique Del Val

Todavía no hemos visto nada

enrique del val

El título de este artículo está copiado del final del último libro publicado en español del gran historiador económico inglés Adam Tooze, El Apagón. Y es que, me parece, efectivamente apenas estamos viendo cuánto va a cambiar este mundo a partir de ahora, que supuestamente tenemos controlada la pandemia pero no así la economía, con el gran peligro de la llamada “estanflación”, es decir, inflación y no crecimiento económico en muchos países, aunado a las consecuencias que está trayendo la miserable invasión de Rusia a Ucrania.

Como bien apunta Joaquín Estefanía en un artículo publicado en El País en octubre del año pasado y que sigue siendo vigente, reproduciendo las palabras del expresidente Lenin Moreno del Ecuador, estamos frente a una verdadera guerra mundial y eso que aún no ocurría la invasión a Ucrania. Tan solo un ejemplo: la pandemia ocasionó que mil 600 millones de jóvenes dejaran de asistir a sus escuelas.

Según Tooze, enfrentamos una crisis del neoliberalismo económico en todos sus fundamentos, y por eso denominamos el artículo con la sentencia que hemos escrito. Si uno lee lo que ocurre en otras partes del mundo, siente preocupación por México, ya que la gran mayoría de los otros países miembros de la OCDE están analizando cómo combatir la estanflación, en cambio, aquí pareciera que no va a ocurrir; pero me temo que sí.

Vemos cómo los bancos centrales están subiendo las tasas de interés para controlar la inflación que se ha saltado todos los pronósticos, sobre todo en Estados Unidos y en casi todos los países de Europa.

Según los expertos, la Reserva Federal de Estados Unidos (FED, por sus siglas en inglés), tiene pensado subir las tasas hasta siete veces en el curso de este año, a lo cual el Banco Central Europeo (BCE), también mantiene una previsión de incremento de las tasas para combatir la inflación. Pero aquí se marca una gran diferencia con los estadounidenses, pues el BCE solo tiene el mandato de controlar la inflación, pero para la FED es el control de la inflación y el crecimiento económico. Una gran diferencia.

Muchos académicos y analistas de Europa están preocupados porque plantean que lo que tiene que buscarse es una política económica que fortalezca las facultades del Estado para proteger a los más desfavorecidos y, a la vez, que sea la cabeza para lograr el crecimiento y el empleo mediante la inversión pública. Sin duda, estamos frente a un gran debate en el viejo continente.

Las experiencias de las crisis pasadas deben servir de ejemplo, ya que a pesar de que las condiciones son diferentes, no lo son las consecuencias posibles en cuanto al nivel de vida de la población que, en última instancia, es el deber primordial cualquier gobierno. Por eso es que, tal como hemos mencionado en otros artículos, hoy es prioritario debatir sobre la política económica que se ha seguido en las últimas décadas y en los tres primeros años del actual gobierno, porque hay que reconocer que en esta materia las diferencias han sido mínimas.

Nos estamos acercando también a una estanflación que será muy dolorosa para la mayoría de la población, no sólo para aquellos que ya están en la pobreza, sino para la clase media que, sin duda, verá afectados su empleo o sus ingresos por el bajo crecimiento y la inflación, la cual parece que sobrepasará 7% por segundo año consecutivo. Hacía lustros que no se veía algo igual.

Creo que el gobierno, el Congreso de la Unión y la sociedad civil debemos aportar aquello que creamos que puede ayudar a salir del atolladero al cual irremediablemente estamos yendo.

Se requiere de un cambio racional en la política económica, para evitar que este gobierno termine con un crecimiento de la pobreza en relación a cuando empezó. Hay que ir más allá de las tlayudas y las doraditas.

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