¿Tienen responsabilidad social?

26 de Noviembre de 2024

Enrique Del Val
Enrique Del Val

¿Tienen responsabilidad social?

enrique del val

Resulta sorprendente la actitud de parte de la industria nacional y de algunos de sus más fervientes corifeos en los medios de comunicación con respecto a lo que está sucediendo con la Norma 051, referente al nuevo etiquetado de advertencia para alimentos y bebidas.

El año pasado, las cámaras de Diputados y la de senadores aprobaron la reforma a la Ley General de Salud en materia de etiquetado. Para ello hubo un amplio periodo de consulta, en el cual participaron los representantes del sector privado, a través de sus cámaras, las organizaciones no gubernamentales preocupadas por el tema, instituciones de educación superior y el gobierno.

El pasado mes de enero, el gobierno anunció la consulta realizada con más de cinco mil participaciones, entre los industriales y organizaciones no gubernamentales, a fin de revisar el proyecto denominado NOM 051 para que las empresas colocaran los cinco sellos de advertencia en sus productos.

En dicha reunión, los representantes del sector privado informaron que no estaban de acuerdo y que acudirían a los tribunales para objetar su puesta en operación. Y así fue: promovieron un amparo y un juzgado les otorgó la suspensión provisional. Además, recurrieron a instancias internacionales para descarrilar la norma. Sin embargo, el poder judicial revocó por unanimidad el amparo interpuesto por la Confederación Nacional de Cámaras Industriales (Concamin).

Es preocupante que las llamadas empresas con responsabilidad social retrasaran la entrada en operación de la citada norma. Claro que no sorprende, pues llevan más de 10 años luchando por seguir con sus prácticas, que en lo único que han resultado es que la obesidad y la diabetes sean los mayores problemas del país.

Y ni qué decir de columnistas que se prestan a escribir mentiras, como la de que la NOM 051 es un problema ideológico que va en contra de las “empresas capitalistas” o que estas medidas son ineficaces, como lo demuestran los impuestos a los refrescos y otras barbaridades de la misma naturaleza.

Si se hubieran empapado un poco más del asunto podrían constatar que la medida tomada por las autoridades mexicanas ha recibido felicitaciones de varios organismos internacionales que nada tienen en contra del capitalismo reinante. Así, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef por sus siglas en inglés) aplaudió la medida sobre el nuevo etiquetado por su claridad y sencillez en la información que se ofrecerá a los consumidores. México puede ser un ejemplo en el mundo por esta acción.

La semana pasada, en la conmemoración del Día Mundial de la Obesidad, la representante en México de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés) dijo que la NOM 051 es la más avanzada en el mundo, aseverando que los productos altamente procesados provocan obesidad y que las enfermedades que ocasionan son la principal causa de muerte en nuestro país y concluyó que “el etiquetado frontal de advertencia es una medida efectiva para atacar la muerte”.

Es decir, no hay organismo internacional que no sólo no critique, sino que no felicite a nuestro país por esta decisión, que si bien no es original, ya que Chile y otros países la tiene desde hace varios años, sí es más avanzada.

¿Tendrán conciencia los dueños o gerentes de la industria alimentaria, tanto nacional como extranjera, de qué parte de sus ganancias es a costa de la salud de las personas y del inmenso gasto, de miles de millones de pesos, que hacen los gobiernos para atender la obesidad, sobre todo en los niños?

Yo me pregunto dónde está su famosa responsabilidad social ante situaciones como esta, que deberían ser los primeros en atenderla porque, entre otras cosas, conocen de primera mano el daño que hacen.

Esperemos ver pronto publicada la Norma y que las empresas de inmediato cambien su actitud frente a ella.