Hace un mes aparecieron en los medios de comunicación de todo el mundo los llamados archivos “FinCEN”, los cuales exhibieron claramente lo que muchos hemos denunciado, es decir, el lavado de dinero a nivel mundial por parte de decenas de bancos, quizá podríamos decir por todos, pero señalando ente los más importantes a HSBC, JP Morgan, Barclays Bank, Deutsche Bank y otros más.
Esto fue debido a la labor que desarrollaron durante meses más de 400 periodistas de todo el mundo, gracias a la organización BuzzFeed y al Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ), quienes se han dedicado por años a indagar, entre otros temas, los delitos que cometen los banqueros.
FinCEN es el acrónimo de Financial Crimes Enforcement Network y su lema supuestamente es “seguir el dinero”. Esta dependencia del Departamento del Tesoro, cuyo nombre se puede traducir al español como Oficina para el Control de Delitos Financieros, se dedica a recopilar y analizar información sobre las transacciones financieras para combatir el lavado de dinero, el financiamiento del terrorismo y otros delitos financieros. Como es tradicional en el imperio, tiene facultades para operar tanto en escala nacional como internacionalmente, al igual que la DEA, el FBI, etc.
Esta información ha causado un gran revuelo a nivel mundial, no porque no se supiera que había ciertas cosas ilegales, sino por la profundidad de los hechos, en los cuales se demuestra claramente que las organizaciones criminales gozan de cabal salud con la ayuda de los directivos de los bancos.
Afortunadamente ha sido tal el escándalo que han salido propuestas que deberían tomarse en cuenta, no solo en los Estados Unidos, sino a nivel global, incluyendo por supuesto a nuestro país, que lo sufre y mucho.
Lo que ha ocurrido hasta ahora es que los banqueros se han dado cuenta de que con la normatividad vigente poco les puede pasar, cuando mucho solo pierden algo de dinero. En opinión de Linda A. Lacewell, que es la superintendenta del Departamento de Servicios Financieros de Nueva York, el dinero sucio se ha “metastizado” en el sistema global de financiamiento, gracias a lo holgado de las disposiciones que permiten lo que ha ocurrido y está ocurriendo, o sea, la posibilidad de solucionar todo pagando una multa. Al respecto, la superintendenta dice textualmente que “cuando las ganancias exceden a las multas, la decisión es fácilmente corrompida”.
Un ejemplo claro se ha dado recientemente en un caso del banco alemán Deutsche Bank, al cual los fiscales de la ciudad de Frankfurt le han impuesto una multa de 15.8 millones de euros por no haber avisado a tiempo en más de 600 ocasiones sobre operaciones dudosas. La multa representa el 0.06 por ciento de los 26 mil 400 millones de euros que ganó el banco en 2019.
Por lo anterior, es muy interesante la propuesta que, con base en lo publicado de los llamados archivos FinCEN, ha realizado el senador demócrata de Ohio y miembro del comité de finanzas de ese órgano, Sherrod Brown, quien simple y sencillamente dijo que hay que encarcelar a los banqueros.
Considera que los principales responsables son los directivos que saben de la situación, y opina que las cosas cambiarían bastante con uno o dos grandes directivos de la banca que fueran encarcelados.
Según el senador, con quien coincidimos, los archivos demuestran que las autoridades han logrado poco en este tema, por lo que hay que apretar, y la única forma de hacerlo es mediante acciones contundentes, más allá de que paguen multas. Si gana Biden, este senador tiene mucho chance de presidir el importante Comité de Finanzas e impulsar su propuesta, misma que haría presión sobre el resto del mundo.
Estoy convencido de que si en nuestro país hubiera esa sanción y se aplicara, el lavado de dinero sería más complicado. Ojalá y algún día la tengamos.