Riqueza, poder e influencia

24 de Diciembre de 2024

Enrique Del Val
Enrique Del Val

Riqueza, poder e influencia

enrique del val

Con estas palabras, la ONG OXFAM lanzó un excelente documento titulado “Climate Equality: A planet for the 99%”, muy oportuno en ocasión de la COP28 celebrada en Dubái hace unos días y que, como ha sido ya tradicional en esas reuniones de las llamadas “partes”, los logros han sido ínfimos. Según los expertos, sólo se habían obtenido dos triunfos parciales: el de 1997, denominado el Protocolo de Kioto, y el del 2015, designado el Acuerdo de París. Fuera de eso, poco se ha alcanzado y siempre han pesado más los países poderosos y sus cabilderos.

Un primer asunto de esta COP es que la presidió el sultán Ahmed Al Jaber, quien es ni más ni menos, entre otras cosas, el director ejecutivo de la compañía estatal petrolera de los Emiratos Árabes, ADNOC. Este personaje tuvo a bien declarar que no existe evidencia científica de que al reducir progresivamente el uso de combustibles se alcanzará el objetivo de no sobrepasar los 1.5 grados Celsius, establecido en el Acuerdo de París. En cambio, el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Antonio Guterres, les dijo con firmeza a los participantes: “No podemos salvar un planeta en llamas con una manguera de combustibles fósiles”. Además, agregó algo que no debe haber caído bien al sultán y a las decenas de cabilderos asistentes a la reunión y que, según la información, superaron a los participantes de los países; dijo que “El límite acordado en París de emisiones sólo es posible si dejamos de quemar los combustibles fósiles”.

Estas reuniones han estado marcadas por el control casi absoluto de los grandes países contaminantes, y eso es así porque, desde el año 1994, Arabia Saudita logró, con el apoyo del poderoso cartel de la OPEP, que todas las decisiones en estas reuniones se tomen por consenso y no por votación, lo cual permite que con un solo país que se oponga no se apruebe la propuesta. Según la información, son 198 delegados por los países, y con que uno diga no, pues no pasa. Genial solución que favorece únicamente al 1% que indica OXFAM.

En su documento OXFAM refleja una vez más la terrible desigualdad que vivimos, dando algunos datos que son de tomarse en consideración, a pesar de la cantidad de números negativos que recibimos todos los días, especialmente en países como el nuestro.

OXFAM afirma que el 1% de los más ricos del mundo es responsable del 16% de las emisiones de dióxido de carbono, que equivale a las emisiones del 66% de la población mundial. Otro dato escalofriante es que en 2019 las emisiones del famoso 1% fueron la causa de la muerte de más de un millón de personas.

El documento propone gravar con un impuesto de 60% a los súper ricos, lo que permitiría compensar las emisiones de Estados Unidos y la Gran Bretaña, y recibir 6.4 trillones de dólares para financiar la transición hacia la eliminación de los combustibles fósiles.

Llegando al límite de la reunión de la COP28, y después de arduas negociaciones, los representantes de los 198 países asistentes aprobaron un acuerdo que es un avance, pero no todo lo que se esperaba, según diversas organizaciones, ya que textualmente se habla “de transitar para dejar atrás los combustibles fósiles” (petróleo, gas y carbón), a fin de lograr el cero neto para 2025. Según el presidente de la COP, el sultán Al Jaber, ha sido histórico.

Asimismo, se acordó la creación de un fondo para compensar a las naciones que son especialmente vulnerables ante las crisis climáticas.

No es un tema ideológico entre conservadores, neoliberales e izquierdistas; es un asunto de la subsistencia en el planeta que implica a todos y debe haber altura de miras para asumirlo. Nuestro país tiene una gran responsabilidad en este tema, más allá de las declaraciones inocuas de los representantes del gobierno en la COP28.

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