Casi imperceptiblemente, se está tomando la decisión de desaparecer el Fondo de Fomento al Turismo, Fonatur, una vez más bajo el argumento de corrupción. Al igual que en otros casos, no hay denuncias presentadas ni servidores públicos acusados, solo está la confusión que ha quedado sobre la mención en contra de quien fuera su director, hoy subsecretario de la Secretaría de Infraestructura y Comunicaciones, en los estados financieros en junio de 2022.
Denuncia penal que ha sido desmentida por las actuales autoridades del Fondo, para lo cual, asumo que, tuvieron que retirarla.
“Desde hace 40 años, Fonatur promueve la creación y consolidación de proyectos de inversión en el sector turístico que contribuyan al cuidado y preservación del Patrimonio natural, histórico y cultural de México, bajo un enfoque de desarrollo regional, crecimiento económico y bajo impacto ambiental”. Esto dice y se difunde en la página oficial del Fondo.
“El Fonatur privilegiará a la sociedad para alcanzar el bienestar general de la población de sus desarrollos turísticos.
La contribución de este Programa al nuevo modelo de Desarrollo Nacional basado en el bienestar de las personas que plantea el Ejecutivo Federal en el PND 2019-2024, tiene como prioridad detonar el crecimiento económico, incluyente y sostenible, a fin de fomentar la inversión turística y el desarrollo integral en el país, con el propósito de que el sector turístico contribuya en gran medida al progreso nacional”. Y estas definiciones se leen en la página de la Secretaría de Turismo.
Cito estos dos párrafos que están elaborados por personas que, me imagino, saben la importancia del turismo y, sobre todo, la importancia del Fonatur, por lo que es un verdadero absurdo el proponer su desaparición y, lo que es peor, entregar la responsabilidad de los principales centros turísticos a los gobiernos de los estados.
Los destinos turísticos creados durante estos años por el Fonatur han sido reconocidos internacionalmente como una forma de desarrollar el turismo cuidando el ambiente y mejorando las condiciones de vida de las personas que laboran en dichos centros.
Cancún, con todo y las críticas que hoy se pueden hacer a tal tipo de desarrollo, ha sido por muchos años uno de los principales generadores de ingresos para el país, lo que ha sido posible gracias a la supervisión del Fonatur y a la planeación que se realiza, la cual ha estado al nivel de otros países.
Se menciona que todos los terrenos propiedad del Fonatur se convertirán en Áreas Naturales Protegidas debido a que la corrupción que imperó en ese organismo se ha ido apoderando de los bienes de la nación.
Como en otros temas, estamos frente a una incomprensión y falta total de información para llevar a cabo dicha acción.
Una de las grandes ventajas de los primeros cinco centros integralmente planeados por el Fonatur era que se expropiaban cientos de hectáreas con el objetivo de que fuera el Estado quien se beneficiara del desarrollo que se iba a fomentar, evitando así el acaparamiento de particulares. Claro que hay muchas hectáreas libres y que difícilmente se van a comercializar y se tienen como reserva casi natural.
Difícilmente los gobiernos estatales podrán hacer frente a las necesidades que hay para mantener en óptimas condiciones los desarrollos turísticos y, además, ¿quién se encargará de fomentar la inversión turística, tan necesaria por la cantidad de empleos, en su mayoría bien pagados, que generan los hoteles, restaurantes y demás actividades ligadas?
Sería muy conveniente que se hiciera un análisis amplio del papel del Fonatur en los años anteriores a la actual administración para, en primer lugar, deslindar responsabilidades en la corrupción que se menciona, pero, por el otro, revisar cuál ha sido su contribución en el desarrollo económico de la nación.