¿Quién manda?

22 de Noviembre de 2024

Enrique Del Val
Enrique Del Val

¿Quién manda?

enrique del val

Por la actitud de las empresas involucradas, podríamos calificar de inaudito lo que está pasando con las vacunas para combatir la Covid 19. Muchos ya suponíamos que todo era en función del negocio, sin que a las farmacéuticas les importe la vida humana, y documentos recientes así lo demuestran. Incluso han vuelto a recordarse historias sobre la posición de estas empresas, las cuales no han modificado un ápice su política, que es una sola: obtener el mayor monto de utilidades. Claro que para esto es el capitalismo, no hay que olvidarlo, pero con los recientes sucesos es todavía más grave lo que está ocurriendo.

The Intercept es una revista electrónica creada en el año de 2004 por el fundador de la conocida empresa norteamericana eBay, Pierre Omidyar. Un colaborador de esta revista, Lee Fang, ha logrado desenmascarar a este grupo de empresas poderosas en dos interesantes artículos, mismos que demuestran que el ramo farmacéutico, no sólo en Estados Unidos, sino en todo el mundo, es muy poderoso.

En sus dos artículos, escritos en marzo y durante este mes, el señor Fang señala que las tres empresas farmacéuticas líderes en el negocio de las vacunas (Johnson & Johnson, Moderna y Pfizer), están preparándose silenciosamente para aumentar los precios de las vacunas que producen, bajo un argumento maravilloso que han mencionado públicamente, y que dice que se pasará de una pandemia a una endemia perenne que les permitirá ganar mucho dinero.

Siendo las vacunas uno de los medicamentos más lucrativos de todos los tiempos, no se explica uno, tal como se menciona en el artículo, que el gobierno estadounidense haya financiado la investigación y el desarrollo de varias vacunas contra el coronavirus, incluyendo a las de Johnson & Johnson y Moderna, por dos mil millones de dólares, además de haber pagado una suma igual a Pfizer para asegurarse el aprovisionamiento de ellas. Por cierto, a la socia de esta última, BioNTech, el gobierno alemán la apoyó con 500 millones de dólares.

Sorprendentemente, el gobierno norteamericano, seguramente tomando en cuenta la información que indica que varios países del continente africano serán vacunados hasta 2024, anunció el pasado 5 de mayo el apoyo a la petición de India y Sudáfrica para eliminar temporalmente la propiedad intelectual de las vacunas y permitiendo así que cualquier compañía farmacéutica del mundo las pueda producir.

La reacción de las empresas, a través de sus cabilderos, ha sido furibunda. Cabe señalar que el cabildeo es uno de los sectores en los que más se gasta en apoyo a los políticos del vecino del norte; según los datos proporcionados por el señor Fang, tan solo el año pasado se gastaron 24 mil millones de dólares en el cabildeo federal.

Enseguida, varios de los distinguidos miembros del Congreso alzaron la voz con argumentos verdaderamente ridículos, como que la suspensión temporal de las patentes provocaría el desempleo en Estados Unidos y beneficiaría a China y Rusia, como si estos países no hubieran desarrollado vacunas que están al parejo de las estadounidenses.

Incluso, se sabe que semanas antes de la decisión del presidente Biden, cerca de 100 cabilderos empezaron a trabajar para impedir que la propuesta llegue a buen puerto.

Estamos frente a una oportunidad para saber quién manda, si los gobiernos que representan los intereses del pueblo en general o las empresas comerciales que representan a una minoría que lo único que busca es enriquecerse.

¿Sería mucho pedirle a nuestro gobierno saber cuál es su posición oficial sobre el tema? Y, de paso, que le destinaran al menos mil millones de pesos a las universidades que están desarrollando vacunas, lo que haría posible tener la autosuficiencia con una vacuna verdaderamente mexicana, sobre todo, considerando que, según los expertos, se trata de un problema a enfrentar permanentemente.

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