Petro, Márquez y Mélenchon

1 de Diciembre de 2024

Enrique Del Val
Enrique Del Val

Petro, Márquez y Mélenchon

enrique del val

El pasado domingo se celebraron dos elecciones en países radicalmente diferentes: en Colombia, se votó para la presidencia y vicepresidencia de la República y, en Francia, para la Asamblea Nacional. Creo que los resultados de ambas son representativos de lo que está ocurriendo en el mundo con la política y los políticos.

En los dos casos podemos decir que las opciones de izquierda fueron triunfadoras. En el caso colombiano, con la llegada por primera vez en la historia de un personaje que ha sido de izquierda toda su vida, incluso guerrillero en algún momento, junto con la primera mujer afrodescendiente como vicepresidenta, lo cual también es un hito.

Ahora, Gustavo Petro y Francia Márquez tendrán que demostrar su capacidad para gobernar y cumplir con las promesas que hicieron a sus electores, sobre todo, tomando en cuenta que su rival, el impresentable Rodolfo Hernández, alcanzó casi el 47.3% de la votación, mientras Petro el 50.4%, es decir, con una mínima diferencia y una sociedad dividida.

Una lección es que cuando la derecha se refugia en temas extremos es derrotada. Así le pasó a la hija de Fujimori en Perú o a José Antonio Kast en Chile; la gente no quiere extremos, quiere vivir en una sociedad menos desigual. El 40% de los colombianos está en pobreza y todavía hay resquicios de movimientos armados, muchos de ellos ligados al narcotráfico.

Y, a pesar de contar con el 40% del Senado en su poder, Petro necesitará negociar con el resto de las fuerzas políticas para poder lograr sus programas principales y no defraudar, como él dice, a “los nadie”.

En la República francesa, en esta segunda vuelta, también ocurrió un cambio sustancial en la correlación de fuerzas en la Asamblea, con la irrupción de la izquierda unida en lo que se ha denominado como NUPES en francés, que traducido es la Nueva Unión Popular, Ecológica y Social, misma que, si bien no logró su objetivo de ser mayoría, lo cual hubiera permitido a su candidato Jean-Luc Mélenchon ser primer ministro, sí obtuvo la nada despreciable cifra de 142 diputadas y diputados que obligarán al presidente Macron a negociar aquellas reformas o leyes que requieren de la mayoría calificada.

NUPES tuvo que luchar durante toda la campaña, desde la presidencial hasta las dos vueltas legislativas, con la embestida de la derecha, no sólo francesa sino también europea quienes, ante las propuestas, sobre todo económicas de aumentar el gasto público a 10% del PIB, bajar la edad de jubilación a los 60 años y realizar una reforma fiscal para que paguen más quienes más tienen, advirtieron que se produciría una salida masiva de capitales y un desastre económico y social.

Sin embargo, hay que reconocer dos factores preocupantes en esta última elección. En primer lugar, el crecimiento de la extrema derecha francesa, a tono con lo que está sucediendo en Europa y, en segundo, la terrible abstención del 54% de la población. Los más abstencionistas fueron los jóvenes menores de 35 años, cerca del 70% del total.

Una explicación que se da es que la gente cada día ve menos importante el papel de la Asamblea Nacional; según la fundación Jean Jaurès, sólo el 59% de los entrevistados creen que es útil su labor.

Ahora corresponde a NUPES cumplir con lo prometido y sin fisuras, como ya están apareciendo ante la fuerte personalidad de Mélenchon. Esperemos que no ocurran. Ambas elecciones demuestran que los votantes quieren un cambio, que los jóvenes no creen a los políticos y que la derecha, aunque no gana tan ampliamente como antes, sigue estando presente, sobre todo la más extrema.

Esperemos que, por el bien de los pueblos colombiano y francés, el presidente Petro y el líder de NUPES Mélenchon, puedan con la encomienda que les otorgaron los votos.

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