La economía, estúpido

3 de Julio de 2024

Enrique Del Val
Enrique Del Val

La economía, estúpido

enrique del val

Me parece que las elecciones del mes pasado en España fueron una lección para varios países del mundo. En primer lugar, hubo una polarización extrema no vista desde la segunda República provocada por el criminal golpe de Estado de Franco.

Fallaron las famosas encuestadoras que daban por seguro un triunfo espectacular de la derecha y, sobre todo, de la extrema derecha con el partido fascista Vox, al cual, desgraciadamente, apoyan algunos políticos trasnochados e incultos en nuestro país.

Si bien el Partido Popular (PP), ganó el mayor número de votos, no logró la mayoría calificada que le hubiera permitido de inmediato ser gobierno. Más bien, se podría decir que hubo casi un empate entre el PP, del señor Núñez Feijóo, y el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), del actual presidente de gobierno, señor Pedro Sánchez.

Con estos resultados, todo apunta a que el PP no logrará ser gobierno, pues no tiene los votos suficientes con su aliado, el impresentable Vox, lo cual permitirá al PSOE gobernar, siempre y cuando consiga los votos del resto de organizaciones de centro-izquierda, lo que todavía está en veremos, pero esperamos que suceda.

España es quizás de los pocos países donde el término Nación Pluricultural es una verdad; es decir, el País Vasco y Cataluña, como las principales autonomías, juegan un papel importante y se tendrán que negociar sus reivindicaciones particulares, siendo la principal, en el caso de Cataluña, su añorada independencia. Habrá que tomar en cuenta, como siempre en la política española, a organizaciones, como la creada para estas elecciones, la denominada SUMAR que logró conjuntar a 15 partidos y tuvo buenos resultados, y que seguramente apoyarán al PSOE.

No obstante, si el PSOE logra los votos suficientes, enfrentará a un senado controlado por la derecha en un punto fundamental, los presupuestos que, según la ley de estabilidad financiera, le otorga a esa Cámara la facultad de veto en el llamado techo de gasto que determina las cuentas del Estado.

Ahora bien, este resultado se explica en un brillante artículo del comentarista del Nouvel Observateur, Pascal Riché, quien utilizó como título “La economía, estúpido”, traduciendo al español el que utilizó Bill Clinton en su campaña de 1992: “The economy, stupid”, ya que, según el texto, vale para cualquier elección en cualquier país.

Lo que hizo el señor Sánchez en su gobierno le ha permitido resurgir una vez más. Ha realizado una política económica para la mejora de las clases populares con acciones afirmativas muy claras como, por ejemplo, la lucha contra el empleo precario, apoyando también a los jóvenes en sus propuestas de innovación y ha elevado constantemente el salario mínimo. Otra medida favorable a los más desposeídos ha sido la eliminación del impuesto al valor agregado del pan, la leche, el queso, las frutas y legumbres y los cereales.

También ha logrado avances en materias sociales muy demandadas, como son la Ley de Eutanasia, la quita de la excepción de impuestos a las grandes corporaciones religiosas y la conmemoración de la laicidad, siendo el mejor ejemplo que, por primera vez desde la segunda República, el gobierno tomó posesión frente al Rey sin tener en la mesa al crucifijo y la Biblia, sino un ejemplar de la Constitución.

Sin duda han quedado muchos pendientes de lo que ofreció, pero los avances han demostrado que el camino ha sido el correcto y la prueba fue el resultado que muchos no creían posible: los votos obtenidos.

Creo, tal como ha dicho el Sr. Riché, que es una lección muy clara para otros países, como el nuestro, donde la polarización entre los que menos tienen y los que lo tienen todo está creciendo. Por ello, hay que tomar en cuenta que cuando un gobierno atiende a las masas desfavorecidas tiene mejores resultados, a pesar de los errores que cometa.

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