Los últimos datos proporcionados por el Inegi sobre el empleo y los precios no hacen más que confirmar que la situación de millones de mexicanos se está complicando, a pesar de las medidas tomadas por el gobierno en cuanto al subsidio a la gasolina o el acuerdo por la moderación en el alza de precios de las empresas privadas, a todas luces insuficiente.
Tomemos el caso del Índice Nacional de Precios (INPC) al consumidor, mismo que nos da una inflación general anual de 7.99%, sin embargo, al pasado mes de junio, la inflación registrada fue de 0.84%, la más alta del presente siglo.
Si observamos los datos comparativos del INPC al mes de junio de cada año, vemos que en 2020 la inflación fue de 6.59, en 2021 de 6.91 y durante este fatídico 2022 alcanzó la cifra de 11.84 en el rubro de alimentos, bebidas y tabaco, es decir, casi el doble de los dos últimos años.
Resalta que, tanto los índices de la Canasta Básica (84 productos y servicios genéricos), como aquellos de la creada a partir de 2020 por el Inegi con 176 productos, tengan en junio una variación casi igual, llegando a alrededor de 8.5 por ciento.
Ahora, veamos la situación por el lado del empleo, en donde el INEGI presenta los datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), misma que hace un análisis de los puestos de trabajo creados en la actual administración y la de las tres anteriores, comparando los 43 meses que lleva el actual gobierno. Vemos que durante la administración de Vicente Fox se perdieron 1.5 millones de empleos; en la de Felipe Calderón hubo una pérdida casi igual a la anterior; en la de Enrique Peña Nieto fueron un millón de empleos, y en la de Andrés Manuel López Obrador se han perdido 2.4 millones de empleos. Se puede alegar, y con razón, que la pandemia ha sido un elemento fundamental en esta pérdida, pero el asunto es saber cuándo se podrán recuperar dichos empleos.
Si nos vamos al tema de los ingresos vemos la terrible realidad que están sufriendo hoy millones de mexicanos. Como ejemplo mencionaré solo unos datos significativos que aporta la ENOE: en diciembre de 2018 había 8.5 millones de mexicanos que ganaban un salario mínimo; hoy son 18.7 millones.
Por el contrario, las personas que ganaban entre tres y cinco salarios mínimos en diciembre de 2018 eran 6.7 millones, pero en mayo de este año hay sólo 2.3 millones; es decir, casi 4.5 millones de personas vieron reducido su ingreso, 65.5% de la población solo recibe dos salarios mínimos, cantidad totalmente insuficiente para llevar una vida digna.
Estas cifras nos muestran la situación real de millones de compatriotas que están siendo apergollados, incluso de la clase media, quienes sufren día con día por el aumento incesante de precios y la digamos “congelación salarial” que existe de facto. Ejemplo claro, el caso de los servidores públicos, a quienes se les ha aumentado entre el año pasado y este cuando mucho 8% y la inflación conjunta a este mes sobrepasa el 15 por ciento.
Estamos viviendo una precariedad salarial de la cual se salva solo el famoso y por lo visto austero e intocable uno por ciento. Tan solo hay que ver las ganancias de las principales empresas, destacándose las de los servicios financieros que, como en todo el mundo, son las que se están aprovechando de la situación.
Urge que el gobierno entienda la situación y vaya más allá de la austeridad, porque, como muchos vemos, sí hay recursos, sobre todo cuando se demandan para las obras emblemáticas. Lo que se requiere son recursos para el fomento del empleo y para la mejora salarial, no solo de los servidores públicos, sino para los millones que están en la informalidad que, según la Tasa de Informalidad Laboral, son más de la mitad de la población ocupada.
Una vez más, apelamos a la necesidad de revisar y poner en práctica una reforma fiscal para que paguen más los que más tienen.