La CEPAL acaba de publicar un excelente documento titulado “Panorama Social de América Latina y el Caribe 2023”, en el cual se presentan datos importantes sobre la situación real de Latinoamérica. Son muy interesantes que reflejan el esfuerzo que se está haciendo en nuestros países por reducir la desigualdad existente. Comentaré algunos que me parecen muy relevantes.
En primer lugar, al final de este año se cumplirá una década con un crecimiento económico bastante pobre, apenas un 0.8%; menos de la mitad de lo que se creció en la llamada década perdida de los años 80.
Dentro de estos datos, encontramos que el quintil más pobre incrementó sus ingresos en un 0.8%, mientras que el quintil más rico se redujo en un 1.8%, dando como resultado una disminución de la desigualdad, lo cual es un dato excelente.
Aunque la desigualdad se redujo en la región en un 1.1%, sigue existiendo un gran diferencial, ya que el 10% de los más ricos sigue percibiendo 21 veces más que el quintil más pobre.
Es necesario señalar que el patrimonio de aquellos que tienen más de mil millones de dólares, los “mil millonarios” que son 105 en la región, llegó a 453 mil millones de dólares corrientes en 2022, cuatro mil 600 millones de dólares más que en 2021, lo cual sigue siendo una anomalía.
Para nuestro país, los datos reflejan una mejora debido a algunas de las políticas seguidas por el actual gobierno. Así tenemos que, los mil millonarios disminuyeron su participación en el (PIB), que era del 4.5% en 2018, para 2021 fue del 3.3 por ciento.
Si observamos los datos de pobreza y pobreza extrema, vemos que en la mayoría de los países hubo una reducción, como es el caso de México, donde en 2016 había un 37.6% de pobreza, y para 2022 se redujo al 28.6%, mientras que aquellos en pobreza extrema pasaron de un 8.5% a un 6.2 por ciento.
El documento destaca un aspecto central, para avanzar es necesario reducir la informalidad y las desigualdades, haciendo necesario que “el empleo sea de calidad, productivo y que proporcione ingresos para vivir una vida digna, con una cobertura garantizada en protección social”.
Los 292 millones de personas con empleo, uno de cada dos está en la informalidad, sin ninguna garantía social, para nuestro país es un tema que debería ser fundamental, más allá de los exitosos programas sociales. Aunque en nuestro país se ha avanzado en ello, todavía falta mucho por hacer en el tema de la informalidad, que no podemos soslayar.
No es posible que 92 millones de personas en la región tengan un salario inferior al mínimo, lo cual es una condena segura a la pobreza extrema.
Uno de los cuadros refleja el porcentaje del PIB dedicado al gasto social en 2022 y la distribución del mismo por funciones, nos encontramos que nuestro país es uno de los más bajos de la región en cuanto a porcentaje con respecto al PIB 20% y se constata que lo destinado al sector educativo para el 2022 es del 30% del total, uno de los más bajos de la región.
Otro tema importante, incluido en el documento de la CEPAL se refiere al llamado bono demográfico en donde se da cuenta que en nuestro país se inició a partir de 1970 y todo apunta que se acabará en el año 2030.
Hasta 2023 hemos gozado, supuestamente, de 53 años de dicho bono y los resultados en términos generales no demuestran que lo hayamos aprovechado.
Hay que insistir que la desigualdad sigue siendo el gran tema a resolver, ya que la concentración del ingreso de los más ricos, en la mayoría de los casos proveniente de una sucesión o herencia, implica riesgos mayores para la estabilidad de la región.
Es por ello que una de las tareas más urgentes reside en lograr que los milmillonarios reduzcan su patrimonio en favor de aquellos que tienen menos, y la única forma real de hacerlo es por medio de una verdadera reforma fiscal, una tarea ineludible para la siguiente administración.
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