Durante varios días de este mes han aparecido en diversos medios de comunicación nacionales, las noticias sobre lo que yo califico como “escandalosas e irresponsables ganancias” de los bancos que operan en el país, en su mayoría extranjeros, que están haciendo un gran negocio a costa de los ciudadanos, quienes deberían estar más protegidos por parte de las autoridades financieras, a quienes, como se ve, poco les preocupa la situación imperante.
Los datos que daré a continuación han sido publicados profusamente y parece que son norma, cuando en realidad no debería ser.
Empezaré con el gran dato que dice que la banca ganó, de enero a noviembre del año pasado, 248 mil millones de pesos, superando las utilidades de todo 2022.
Los ingresos por intereses reportados el año anterior alcanzaron la cifra de un billón 51 mil millones de pesos, lo que representa un incremento de casi 40% en relación con 2022, una cifra récord.
Esos ingresos por intereses provienen del cobro de réditos a las personas, a las empresas y, sobre todo, por las inversiones de los bancos en la compra de bonos de deuda que adquieren al gobierno, gracias a las altas tasas de interés que tenemos.
Destacan los seis bancos más grandes del país, que, con excepción de uno, son todos extranjeros, a saber: BBVA, Santander, Citibanamex, HSBC, Scotiabank y el nacional Banorte, que concentran 73.5% de las ganancias.
El líder es el español BBVA, cuyas utilidades sumaron 80 mil 773 millones de pesos, un 18.6% más respecto a 2022.
Fue de tal magnitud la ganancia del banco español que las utilidades de su filial mexicana representaron 52.8% de las ganancias globales de la institución financiera, atribuyéndolo a los altos niveles de captación, la calidad de los créditos y, por supuesto, a los aumentos en la tasa de interés por parte del Banco de México.
El presidente y director general de BBVA en México declaró con satisfacción que “tenemos más clientes y más clientes tomando crédito. Antes tardábamos muchos meses en entender al cliente y darle crédito. Hoy somos capaces de meter nuestros modelos de aprobación y hacer una oferta. No olvidemos que el crédito es para incrementar la calidad de vida de las familias”. Sin desperdicio esta última frase del banquero.
Pero resulta que, según la información a noviembre del año pasado, la cartera vencida de los préstamos destinados al consumo alcanzó 43 mil 491 millones de pesos, un aumento de 48.5%, que, descontada la inflación, era de 29 mil 280 millones de pesos en la misma fecha de 2022. La cartera vencida que reporta nuestro banco central es de los clientes que tienen más de 90 días de atraso en el pago de sus deudas.
Básicamente los financiamientos destinados al consumo vía tarjetas de crédito y los préstamos personales o los que son descontados vía nómina a los trabajadores.
Este impago se debe a la falta de ingresos para hacer frente al alza de precios y lo que califico como irresponsabilidad de los bancos, que han aumentado la colocación de tarjetas de crédito sin ton ni son. Según la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), a octubre del año pasado existían más de 34 millones de tarjetas de crédito, cifra récord desde que se registra dicha información.
Creo que en este punto hay una grave falta no sólo de los bancos comerciales sino también de la autoridad encargada, al no ponerle un alto a esta práctica, que tendrá consecuencias mayores en el corto plazo para miles de familias que no podrán hacer frente a dichos pagos.
A la menor provocación ofrecen y ofrecen tarjetas de crédito, sabiendo que en muchos casos no tienen la posibilidad de hacer frente a dicho gasto.
¿No sería ya hora de que el gobierno interviniera para evitar la bola de nieve del impago que se avecina?
Te puede interesar: