Uno de los asuntos más difíciles de resolver es el referente a la manipulación de la información en general y peor aún, en mi opinión, en materia económica. Los datos se escogen y utilizan según convenga; por eso, cuando hay consenso en algunos datos es señal de que la situación es real y poco sujeta a manipulación, aunque posteriormente se utilice acomodándola a los intereses particulares.
Por ello, no deja de inquietar la información económica a nivel mundial que ha surgido durante el presente mes, por las perspectivas que se anuncian para este año.
Quizás la mejor definición de lo que está ocurriendo viene en el ejemplar de la semana pasada de la revista defensora de quienes todo tienen, The Economist, en cuya editorial escriben textualmente, en traducción libre: “Hoy el sistema está en Peligro”, refiriéndose al sistema capitalista.
Aunado a ello, en la tradicional reunión de Davos, Suiza, la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, quien ya había anunciado que más de una tercera parte de los países del mundo entrarán en recesión, dijo que se reduce la proyección que tenían del crecimiento económico mundial a solo 2.7 % para este año, y que espera que ese crecimiento toque fondo, para avanzar en 2024.
Paralelamente, el Banco Mundial acaba de publicar un documento denominado “Global Economic Porspects”, en donde también destaca la crítica situación que van a vivir muchos países, al menos este año, ya que el crecimiento pronosticado hace seis meses de 3 %, se reduce ahora a 1.7 %, afectando principalmente a los países “pequeños”, en sus términos.
Sin duda, parte de la culpa es la pandemia y luego la guerra de invasión rusa en Ucrania, pero también está surgiendo poco a poco el asunto de las medidas proteccionistas que está implementando Estados Unidos en su lucha en contra de la penetración de las empresas de la República Popular China.
El estudio del Banco coincide con el pronóstico del FMI en cuanto a que muchos países entrarán irremediablemente en recesión, con una situación muy compleja de altos precios de la energía y una inflación creciente, sobre todo en alimentos.
Las decisiones en materia monetaria para contener la inflación están perjudicando las condiciones de financiamiento global y para muchos países se está volviendo un serio problema el pago del servicio de la deuda, al estar cerca de caer en default.
En el capítulo dedicado a América Latina y el Caribe, el Banco destaca que pasaremos de un crecimiento estimado de 3.6 % en el año pasado a 1.3 % para este año.
En el caso de México, iremos de un crecimiento de 2.6 % al 0.9 % en 2023, cifra a todas luces insuficiente. Este crecimiento económico de nuestro país será el más bajo de la región, sólo comparable con Brasil con 0.8 % y Chile de -0.9 %.
Por cierto, no ha habido comentario alguno de las autoridades mexicanas sobre esta pobrísima cifra que apunta el Banco Mundial.
En todos los países del área el crecimiento de los precios será como no se ha visto en muchos años, en varios por arriba del diez por ciento, atribuido fundamentalmente, como decimos líneas arriba, a la invasión rusa.
Así, los organismos internacionales e inclusive los organismos del sector privado, como el Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas, ven muy difícil llegar al crecimiento del 1.2 % que se plantea oficialmente.
La esperanza está en que las medidas restrictivas de Estados Unidos en contra de China favorezcan las posibilidades de nuestro país como abastecedor a través del T-MEC, siempre y cuando se resuelvan sin mayor problema las diferencias existentes.
No se ve otro factor que permita un crecimiento de la economía, con una inversión privada restringida y la pública, dedicada a las grandes obras del sexenio que no generarán recursos durante este año, sino mayores gastos.
