El domingo pasado por la mañana se dio el Tercer Informe de Gobierno y por la tarde se entregó el Primer Informe de Gobierno a la Cámara de Diputados. Un tema central es lo dicho por el presidente Andrés Manuel López Obrador acerca de que muchos no han entendido que no hubo un cambio de gobierno sino de régimen, lo cual hasta la fecha no se ha demostrado.
Y no se ha demostrado porque la conducción de la política económica sigue, en lo general, los mismos pasos que los gobiernos anteriores: se dice que no habrá mayor endeudamiento, que no hay ni habrá nuevos impuestos, que seguiremos con la tradicional política neoliberal del funesto superávit primario, etcétera.
Se argumenta que hay una clara separación del poder político y del poder económico y para ello el Presidente mencionó que además de representar este gobierno a ricos y pobres, “aprovecho este mensaje para exponer que, mediante decreto presidencial se canceló la condonación de impuestos a grandes corporaciones empresariales y financieras”, lo cual es una medida extraordinaria en beneficio de la nación. Vale la pena decir que la mayoría de los asistentes del llamado poder económico eran beneficiarios de esta condonación.
En el Tercer Informe hubo una mezcla de acciones realizadas en los últimos 10 meses, en los tres últimos, en julio pasado e incluso se hizo mención de lo que se hará en el futuro en algunos temas, lo cual dificulta el análisis.
Las acciones realizadas en favor de los que menos tienen han sido una de las medidas más acertadas; millones de mexicanos que recibían muy poco o nada se han beneficiado, inclusive se ha logrado cubrir a toda la población objetivo, como es la beca para todos, absolutamente todos, los estudiantes de la educación media superior.
Pero también se informó sobre futuras acciones que serán difíciles de implantar, como la empresa de telecomunicaciones e internet para todos, que supuestamente comunicará a más de 166 mil comunidades y pueblos marginados, o la de que en 2021 ningún joven se quedará sin empleo o estudio. Estas dos propuestas requieren no sólo miles de millones de pesos, sino muchos otros factores como infraestructura y personal capacitado para llevarlas a cabo. Lo más importante lo veremos el próximo día 8 del presente mes, cuando la SHCP presente el Proyecto de Presupuesto a la Cámara de Diputados, porque si ahí no se otorgan los recursos suficientes para ejecutar las acciones mencionadas, será imposible que se cumpla con lo ofrecido.
Otro gran tema que está en ambos informes es el referente a la confusión entre crecimiento, desarrollo y distribución del ingreso, porque dadas las condiciones actuales de la economía, tanto nacional como internacional, se ve muy difícil que se cumplan los deseos del actual gobierno, mismo que, por cierto, ya está utilizando los dineros del fondo de estabilización que se creó para atender situaciones extraordinarias. Se menciona que se han utilizado 121 mil millones del citado fondo, lo cual indica que no todo está funcionando bien; y es lógico, si nos atenemos a los resultados del crecimiento del Producto Interno Bruto, cuya proyección baja día a día. Esta semana, en la elaborada por analistas privados consultados por el Banco de México, se dice que el pronóstico para este año será cuando mucho de 0.5 por ciento. Con esta proyección no podemos decir que hay crecimiento ni desarrollo.
El cambio de régimen que muchos queremos no se puede dar si en la realidad no hay un cambio en la política económica y un factor fundamental en ella es una verdadera reforma fiscal. A este gobierno le urge tener más dinero para satisfacer los programas sociales y sus grandes proyectos, para ello la recaudación es un elemento central. Hasta ahora poco se ha tocado al poder económico y así no habrá crecimiento ni desarrollo.
