El Foro Económico Mundial acaba de publicar la edición 16 de su Reporte de Riesgos Globales 2021, que es elaborado en conjunto con las compañías Marsh McLennan, Zurich Insurance Group y SK Group. En el prefacio, que escribe el fundador y director ejecutivo del WEF, como se conoce el Foro por sus siglas en inglés, el señor Klaus M. Schwab menciona que los impactos derivados de la pandemia son una amenaza para el mundo entero y recuerda la necesidad de la colaboración global, que desde algunas de las ediciones anteriores del Reporte en casos como el ébola o las amenazas biológicas lo demuestran.
Esta edición está centrada en los riesgos y las consecuencias del crecimiento de la desigualdad y la división que provoca en las sociedades, como menciona el Sr. Schwab, la amplitud que crece entre los que tienen y los que no tiene nada, aunado a la situación de los jóvenes que están presionados y son vulnerables en una crisis como ésta.
Indica que tanto las empresas como los gobiernos deben balancear el manejo de la pandemia y la contracción económica, creando nuevas oportunidades para la cohesión social y la viabilidad de los países. Estamos de acuerdo en esto, el problema es cómo llevarlo a cabo sin querer modificar la política económica.
Asimismo, publican un documento interesante basado en una encuesta de percepción sobre los riesgos y para la cual entrevistaron a 650 miembros de los países del WEF. Hay datos muy interesantes y comento algunos que creo deben tomar en cuenta tanto el gobierno como el sector privado, porque al final son una indicación clara de cómo ven las cosas muchos miembros del famoso 1% de la población mundial.
Mencionan que hoy los riesgos globales más preocupantes son el clima severo en varios países, el fracaso en las acciones de la mejora del clima con el consecuente daño al medio ambiente, la concentración de las empresas digitales y su desigualdad en el acceso y también el fracaso en la ciberseguridad.
Indica el documento que no sólo los dos millones de muertos que ha provocado la Covid-19, sino los impactos en la salud, la educación, el sistema financiero y la tecnología tendrán consecuencias desastrosas. Solo para el segundo trimestre de 2020 se calcula la pérdida de horas de trabajo equivalentes a 495 millones de empleos con el consecuente crecimiento de la desigualdad y que el año pasado sólo 28 países habrán crecido en su PIB.
Entre los cuadros de la encuesta realizada hay uno muy interesante que divide los 10 principales riesgos entre el corto, el mediano y largo plazos. Así, tenemos que, en el corto plazo, de hoy a dos años, lo mas críticos son las enfermedades infecciosas, seguido por la crisis de subsistencia y en tercer lugar las situaciones de severos cambios climáticos.
Para el mediano plazo, de tres a cinco años, el principal riesgo es la explosión de la burbuja de activos, el segundo, la caída de la infraestructura tecnológica y en tercero, la inestabilidad de precios. Y para el largo plazo, de cinco a 10 años, los riegos son en primer lugar las armas de destrucción masiva, seguido por el colapso de algunos países y la pérdida de biodiversidad en tercero.
Al final del resumen ejecutivo, los dueños del dinero ven como el riesgo mayor el cambio climático, al cual, en sus palabras, nadie es inmune y por eso creo que es de celebrarse el regreso de Estados Unidos a la cordura y la participación en su mejora.
Dicen que la respuesta de los gobiernos a la pandemia está provocando tensiones en todos los países y que estamos frente a una futura generación pérdida, que sería una más, sobre todo por el acceso a la tecnología digital.
Creo que el Reporte pone de manifiesto la tremenda vulnerabilidad que hoy tenemos en el mundo con este sistema económico, y que con la pandemia lo único que ha hecho es ensanchar la brecha de desigualdad.