La miserable invasión de Rusia a Ucrania se ha convertido, como es natural, en el tema central de la mayoría de los analistas, periodistas y columnistas en los medios de comunicación, sobre todo europeos, pero también de nuestro continente.
Me parece que dentro de la profusa información que se ha dado a conocer hay algunos aspectos que han sido poco considerados y que valdría la pena tomar en cuenta, tales como algunos de los que a continuación menciono.
Si bien 141 países miembros de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) condenaron la invasión a Ucrania, hubo 40 países que se abstuvieron o que apoyaron a Rusia, destacando entre ellos la República Popular China e India y, estos tienen la mayoría de la población mundial.
La revista The Economist hizo un análisis de los porqués de la abstención de esos dos grandes países. En el caso de China, recuerdan que, con motivo de los Juegos Olímpicos realizados en febrero de este año en Beijing, Putin y Xi Jing Ping firmaron sendos acuerdos que en síntesis manifiestan su oposición a la expansión de la OTAN en el mundo; para Rusia, son sus vecinos y para China se trata de Taiwán y éste es uno de los temas fundamentales de esta invasión que no hay que olvidar.
En términos reales y cruentos, la invasión es un mensaje principalmente a los estadounidenses y de pasada, a los europeos. Y, desgraciadamente, hasta que no se sienten a negociar con ellos, aumentarán las muertes y la desolación en la población ucraniana, independientemente de las protestas y daños que las acciones coordinadas de los países occidentales están ejerciendo sobre Rusia, quien, sin duda, pedirá la ayuda a los chinos cuando más lo necesite.
Al final, los chinos quizás sean los grandes vencedores de este conflicto. La semana pasada, el dirigente Xi declaró textualmente que “el contraste que hay entre la gobernanza en China y el caos en los países occidentales ha crecido notablemente”. Aunque, como relata el medio digital español “Sin permiso”, las protestas al interior de China han estado creciendo, a pesar de la férrea represión que el gobierno ejerce con cualquiera que se desvíe del pensamiento único encarnado por Xi, quien seguramente será reelecto por otro periodo de cinco años a finales de este año.
La posición de la India dejó sorprendidos a muchos analistas que no tomaron en cuenta el pasado apoyo en tiempos de la Unión Soviética al país que encabezaba el Movimiento de los No Alineados y que, en términos generales, respaldó las acciones de los soviéticos en el mundo. Además, otro tema fundamental para el país vecino de Pakistán y China es que más del 70 por ciento del armamento es de fabricación rusa.
Este último tema es el que pesa en varios de los países africanos que se abstuvieron de condenar la invasión. Putin ha cortejado a los africanos desde hace varios años, lo que ahora le redundó en que 17 países de ese continente se abstuvieran, o de plano votaran en contra de la condena. No se trató de un tema ideológico, sino de intereses meramente prácticos, como, por ejemplo, los miles de mercenarios rusos que opera el grupo denominado Wagner Group, propiedad de un compadre de Putin, y que combate a las fuerzas que se oponen a los regímenes, en su mayoría dictatoriales, que gobiernan en ese continente
En mi opinión, y por ello lo insisto, lo que el presidente Putin busca, más allá de que Ucrania vuelva a ser parte de Rusia, es que nadie, pero principalmente Estados Unidos, a través de la OTAN, se expanda en sus fronteras, y si para lograrlo tiene que matar personas inocentes no le importa hacerlo.
Espero, porque cada día que pasa crecen las muertes y los desplazados, que pronto se sienten a negociar. Si no lo hacen los países occidentales, quizás sea China la que ayude a normalizar la situación que ya nos afecta a todos los habitantes de este planeta de una forma u otra, y no para bien.
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