Aquí todos son bienvenidos

23 de Noviembre de 2024

Enrique Del Val
Enrique Del Val

Aquí todos son bienvenidos

enrique del val

A raíz de la criminal invasión de Rusia a Ucrania, ha salido a relucir una de las peores lacras del capitalismo: la conformación de oligarquías en el mundo. Según el diccionario de la Real Academia, oligarquía es un “grupo reducido de personas que tienen poder e influencia en un determinado sector social, económico y político”, y esto lo hay en todos lados.

Creo que el oligarca Putin nunca pensó que una de las reacciones más duras que tendrían los países occidentales sería la persecución de sus compadres, quienes, como efecto de la desaparición de la Unión Soviética y, como consecuencia, la privatización de las empresas del Estado, se convirtieron en los oligarcas, actualmente apestados en casi todos los países.

Revistas y periódicos de varias partes del globo se han referido a este hecho, destacando The Economist y el periódico El País, con sendos artículos que demuestran las relaciones funestas del poder para mover dinero ilícito a cualquier lado.

Es curioso, uno pensaría que los oligarcas mueven su dinero a paraísos fiscales de pequeños países y no es así; tenemos, por ejemplo, lo que menciona la revista calificando de Londongrado a Londres o el periódico a Cleveland de Clevelandgrado, mismos que dan cuenta de lo que se ha permitido hacer en Inglaterra y en Estados Unidos, principalmente en los últimos años.

Aprovechándose de la secrecía financiera, han movido impunemente millones de dólares para invertirlos en lo que sea: yates, jets privados, fábricas y, sobre todo, inmuebles lujosos en Londres, Aspen, Nueva York, etc.

Como la persecución está siendo implacable, especialmente por parte de los dos principales países capitalistas, empiezan a sorprenderse de lo que les han permitido los diferentes gobiernos, supuestamente con el objetivo de recibir inversiones, pero sin mirar mucho de cómo se han obtenido. Cualquier oligarca podía conseguir una visa de residente, tan solo demostrando cuánto iba a depositar en el país y, si había algún impedimento legal, de inmediato grandes firmas de abogados lograban desatorar el asunto a cambio de cifras multimillonarias, sin mencionar la forma de hacerse de la vista gorda de las instituciones bancarias.

El libro del periodista de investigación Casey Michel, titulado American Kleptocracy, cuyo subtítulo en español es “Cómo creó Estados Unidos el mayor sistema de lavado de dinero de la historia”, se ha convertido, según El País, en uno de los de mayor venta, ya que habla de la impunidad de los distintos gobiernos en alianza con los oligarcas.

Un ejemplo claro de esta laxitud es el estado de Delaware en Estados Unidos, que tiene un millón de habitantes y cuya capital, Wilmington, tiene 1.5 millones de empresas registradas. Tal como la nombra el periódico, es la “meca mundial de las empresas pantalla”.

Nuestro país también tiene a sus oligarcas y, al igual que en la mayoría de los otros lugares, gran parte de dichas fortunas se debe a la privatización de empresas públicas, como ha sido el caso de los bancos, teléfonos, televisión y carreteras. Asimismo, ha sido documentado que casi todos los que aparecen en la revista Forbes tienen cuentas en paraísos fiscales que, como estamos viendo, no son islotes perdidos en los mares, son países como Estados Unidos e Inglaterra, y también Suiza, Dubái y Hong Kong.

En todo el asunto de la invasión de Rusia, la posición de México ha sido ambigua (por no decir inconcebible). Tan es así, que se ha publicado que uno de los oligarcas rusos está viviendo en Los Cabos, y no solo eso, sino que tiene atracado su yate en una de las marinas sin ningún problema, a diferencia de lo que hemos leído sobre las incautaciones hechas en diversos países.

Incluso, según el portal Independent en Español, la directora de Turismo de Los Cabos ha declarado que “aquí todos son bienvenidos”.

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