El Programa Universitario de Estudios del Desarrollo (PUED) de la UNAM elaboró un documento denominado 100 propuestas para el Plan Nacional de Desarrollo 2019-2024, como una aportación para la elaboración del plan que se está preparando y que por primera vez tendrá que presentarse para su aprobación a la Cámara de Diputados. La semana pasada hubo la posibilidad de entregar el citado documento al secretario de Hacienda y Crédito Público.
La propuesta del PUED está dividida en cuatro ejes, a saber: abatimiento de la pobreza y sociedad igualitaria; crecimiento más elevado; desarrollo territorial y sustentabilidad y reformas institucionales para el desarrollo inclusivo.
Respecto al primer eje, la propuesta indica la necesidad de abatir la pobreza extrema a 2% de la población en esta situación y bajar a la mitad la llamada pobreza multidimensional, de conformidad con la Agenda del Desarrollo Sostenible 2030. Este tema es de los más importantes, pues según las estimaciones del Coneval, entre 2012 y el 2016 la población en situación de pobreza pasó de 53.3 millones a 53.4 millones; en el mismo lapso, la población en situación de pobreza moderada se incrementó de 41.8 a 44 millones y la población en situación de pobreza extrema bajó de 11.5 a 9.4 millones.
Sin duda hay que incrementar el gasto social y, sobre todo, su eficacia y la eficiencia en su aplicación en las áreas clave del desarrollo humano, en especial en educación, salud y seguridad social y vivienda, además de los programas directos de transferencias para combatir la pobreza.
Asimismo, es indispensable revisar los resultados de los miles de programas sociales existentes, a partir de las evaluaciones que, entre otras instituciones, ha realizado el Coneval, que señala acertadamente que “el desempeño promedio de la política social de la administración 2013-2018, medido a través de sus indicadores, fue insuficiente y si la medición se ajusta a la pertinencia de éstos, el desempeño fue rezagado llegando al 39.6 por ciento”.
En otro de los ejes se propone la urgente necesidad de realizar una verdadera reforma hacendaria para gastar mejor y sin corrupción para aumentar los recursos públicos, para lo cual habría que aprovechar el espacio vigente de progresividad, simplificar el marco tributario para evitar la evasión y elusión e incorporación de lo informal y, por último, recaudar de manera similar a los países con un desarrollo comparable. Esto permitiría disminuirla desigualdad y la pobreza.
El eje que se refiere a las reformas institucionales es muy importante porque México requiere favorecer una intervención social más amplia en las políticas públicas. Para ello se hace necesario y urgente contar con un Consejo Económico, Social y Ambiental. También la revalorización de la planeación para orientar mejor el desarrollo. En esto juegan un papel fundamental los diputados que tendrán que discutir y aprobar el Plan Nacional de Desarrollo.
A su vez, el gobierno deberá consolidar el Sistema Nacional de Información para tener una mayor calidad en las decisiones públicas, fortaleciendo la evaluación y los sistemas de seguimiento y alineando el sistema de contabilidad gubernamental.
Según se señala, las malas expectativas económicas a corto y mediano plazo indican un pronóstico de crecimiento raquítico para el periodo 2019-2029; se habla de un 2.4% de crecimiento en promedio para el decenio, cuando lo deseable sería al menos cuatro por ciento.
Esperemos que por lo menos algunas de las 100 propuestas sean tomadas en consideración por los servidores públicos encargados de la elaboración del plan.
El documento puede ser consultado en: https://pued.unam.mx/opencms/publicaciones/IDM.html