Al inaugurar la piscina olímpica en Río de Janeiro donde se disputarán las pruebas de natación a partir de agosto próximo, la mandataria Dilma Rousseff aseguró que la edición de esta Olimpiada será un éxito. “Si somos capaces de hacer una Olimpiada, somos capaces de hacer a nuestro país volver a crecer. Un elemento es fundamental: la convergencia, el diálogo y la asociación”, dijo.
Garantizó que la seguridad en las calles de Río de Janeiro será fortalecida, pese a los recientes incidentes de apuñalamientos y asaltos a turistas en céntricas zonas de la ciudad.
Rousseff, amenazada de que su mandato sea impugnado por voto del Parlamento en las próximas semanas o meses, criticó de nuevo a la oposición, que dijo tratar de obtener réditos políticos de la crisis. “Hoy en Brasil hay un clima de que cuanto peor, mejor, lo que no interesa al país ni a la necesaria estabilidad económica y política”, aseveró la mandataria.
El alcalde de Río de Janeiro, Eduardo Paes, también participó del evento, en el que aseguró que las obras estarán listas a tiempo para la celebración de los Juegos Olímpicos, pese al retraso en la construcción del metro y del velódromo.
“Es un momento muy especial para las Olimpiadas. Escuchamos que no estaría todo listo, pero todas las obras están siendo entregadas en el plazo y no hay ningún sobrecosto”, dijo el alcalde.