La Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol), principal encargada de combatir la pobreza, cierra el sexenio convertida en la dependencia con el más bajo nivel de efectividad, de acuerdo con los Indicadores del Plan Nacional de Desarrollo y sus Programas de Mediano Plazo, contenidos en el Sexto Informe de Gobierno del presidente Enrique Peña Nieto.
De las 41 metas que se fijó a comienzos del sexenio, sólo cumplió una; de las restantes 40, el documento no aporta información para saber si los compromisos se lograron, lo que equivale a una efectividad de 2.4 por ciento.
Dirigida en distintos momentos por Rosario Robles, José Antonio Meade, Luis Enrique Miranda y Eviel Pérez Magaña, la Sedesol no actualiza desde 2012 los avances en los compromisos de reducir la desnutrición, la anemia y la obesidad infantiles. Tampoco ha documentado los progresos que ha habido en la salud de los niños que son beneficiarios del programa Oportunidades (hoy Prospera).
Si bien varios de los indicadores de Sedesol dependen del informe sobre la medición de la pobreza, que publicará en 2019 el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), existen metas que desde ahora se ven difíciles de alcanzar.
Por ejemplo, el gobierno federal se comprometió en 2012 a reducir de 6 a 0% la población en condición de pobreza extrema que carece de alimentación. Sin embargo, para 2016 aún había 4% en tales circunstancias.
Hace seis años, cuando 26% de la población de 65 años o más que no tenía acceso a la seguridad social, el gobierno de Peña Nieto se comprometió a bajarla a 3 por ciento. No obstante, para 2016, 14% de los ancianos del país padecían todavía el problema.
A comienzos del sexenio, la Sedesol se comprometió a bajar de 21 a 16 el porcentaje de la población que carece de servicios básicos en la vivienda, pero hasta 2016, 19% de los mexicanos continuaba en dicha circunstancia.
Durante la primera mitad del sexenio, la Sedesol fue encabezada por Rosario Robles Berlanga, cuya gestión ha sido cuestionada por malos manejos de recursos públicos documentados por la Auditoría Superior de la Federación, por lo que los diputados federales revisan con especial cuidado los expedientes de la funcionaria en el marco de la Glosa del Sexto Informe de Gobierno.
Desde la segunda mitad del sexenio, Robles Berlanga está a cargo de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu), dependencia que se fijó 27 metas, de las cuales 11 fueron cumplidas, nueve quedarán truncas y en siete no hay documentación para verificar su cumplimento.
Los compromisos sexenales en los que Sedatu falló fueron, entre otros, modernización de los registros públicos de la propiedad, incrementar el porcentaje de municipios de alto y muy alto riesgo que realizan acciones de prevención de riesgos, porcentaje de conflictos sociales agrarios solucionados y porcentaje de ciudades con evaluación de riesgos.
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