El gobierno de Estados Unidos continúa en una batalla para llegar a un arreglo para ampliar el techo de deuda que le permita no caer en impagos; esta situación ya generó una mala nota a su deuda soberana, ya que la calificadora Fitch Ratings ha bajado la perspectiva a negativa AAA, ya que considera que sin un acuerdo el riesgo de incumplimiento se ha elevado.
El ajuste de la calificadora refleja el mayor partidismo político que ha impedido llegar a una resolución para aumentar o suspender el límite en el techo de deuda. Al gobierno del presidente Joe Biden le quedan seis días para incrementar la capacidad de pago; sin embargo, el Congreso no ha llegado a una solución satisfactoria que no impida hacer frente a los compromisos. Los legisladores del partido republicano, liderados por Kevin McCarthy, no han cedido ante las peticiones del mandatario estadounidense y la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, ha catalogado este hecho como inédito.
Estados Unidos alcanzó su límite de deuda de 31.4 billones de dólares el pasado 19 de enero y el Departamento del Tesoro ha tomado medidas extraordinarias para no superarlo, no obstante, Yellen ha dicho que esto será imposible de mantener a partir del 1 de junio próximo.
La Casa Blanca ha advertido de que el avance en materia económica se podría perder, con un daño a los hogares y las empresas. De forma inmediata escasearían los créditos y los que haya serían más costosos; además de representar un daño en el empleo y un alto costo para los contribuyentes.
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