Revés a Sandra Cuevas: juez ordena regreso de sonideros
La alcaldesa también deberá regresar el equipo del Sonidero Sincelejo que había incautado el 19 de febrero
El conflicto de la alcaldesa Sandra Cuevas con los sonideros de la alcaldía que gobierna, Cuauhtémoc, se resolvió este viernes a favor de los vecinos. A través de un comunicado de un juez 11 en Materia Administrativa de la Ciudad de México, se informó que Cuevas recibió la orden de permitir que los sonideros en la Alameda de Santa María la Ribera vuelvan a instalarse con el fin de que los habitantes retomen sus actividades de baile, una costumbre que se ha mantenido por varios años en el lugar.
En el comunicado publicado se puede leer lo siguiente: “Juez Federal ordena a la alcaldesa de Cuauhtémoc, Sandra Cuevas, permitir los bailes que tradicionalmente se realizan en el Kiosco Morisco cada domingo. Esto después de que el Sonido Sincelejo y habitantes de Santa María la Ribera presentaran una demanda de amparo contra la orden de prohibir dichos bailes”.
Asimismo, se ordena a la funcionaria que regrese el equipo perteneciente al Sonido Sincelejo, que había sido incautado durante la querella con los vecinos, en la cual fueron heridas varias personas.
Se espera que este domingo, los dueños del Sonidero Sincelejo ofrezcan una rueda de prensa en la que ofrecerán más detalles tanto de la resolución del juez como de las siguientes acciones a realizar.
Cabe recordar que el 19 de febrero, la alcaldesa había prohibido esta actividad con el argumento de que la alcaldía ya contaba con varias quejas de vecinos por el alto nivel de decibeles que se habían registrado, sin embargo, tanto en redes sociales como en otros medios de comunicación, se constató que las dos únicas denuncias existentes datan de un periodo anterior a la administración de la alcaldesa Cuevas.
Tras la prohibición, los vecinos y asistentes a los bailes se manifestaron enfrente de la casa de Sandra Cuevas, la cual está ubicada justo frente a la Alameda, pero fueron reprimidos por las fuerzas de seguridad que presuntamente envió la propia alcaldesa.
Días después, la funcionaria organizó una “guerra de sonideros”, el 4 de marzo, el cual fue señalado por contar con la asistencia de “acarreados” y rebasar los niveles de sonido permitidos.
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