Activistas, expertos y organizaciones por el medio ambiente reaccionaron con dureza a los primeros resultados del informe de la Plataforma Intergubernamental Científico y Política sobre Diversidad Biológica y Servicios de los Ecosistemas (IPBES), a los que calificaron como críticos para el futuro de la humanidad y el planeta.
Los resultados de este informe, que tomó cuatro años para su elaboración, revelan que la mayoría de los gobiernos del mundo han priorizado la creación de políticas públicas que favorecen el crecimiento económico sin considerar los efectos en el medio ambiente y la biodiversidad, un modelo que no será sostenible en las próximas décadas.
El Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por su siglas en inglés) lanzó un llamado a los gobiernos de todo el mundo para que adopten las recomendaciones de este nuevo informe, que además evalúa los valores que la naturaleza tiene para la vida humana y cómo ésta puede integrarse de manera óptima en la toma de decisiones políticas en un futuro inmediato.
Claire Blanchard, directora internacional de este organismo, aseguró que “los hallazgos del informe de valores de IPBES no son inesperados, pero son devastadores” y agregó que “el uso insostenible de la naturaleza está impulsando una crisis de biodiversidad acelerada a nivel mundial, y la culpa es de la forma limitada en que estamos asignando valor a estos recursos”.
La funcionaria también explicó que los gobiernos del mundo han mirado a la naturaleza desde “el prisma del crecimiento económico a corto plazo”, lo que ha limitado su enfoque e impedido asignar otra serie de valores más complejos que posicionan a la biodiversidad más allá de simples recursos para las industrias primarias o de manufactura.
Otras organizaciones regionales en defensa de la biodiversidad señalaron que estos nuevos valores para la naturaleza pueden ampliarse hasta la identidad cultural de los pueblos más apegados al medio ambiente, y que según estos expertos, son amenazados al mismo ritmo que su entorno, e incluso pueden desaparecer junto a los bosques, selvas y desiertos que habitan.
Barbara Nakangu, coautora del informe de IPBES y funcionaria del WWF, recalcó que “no podemos perder más tiempo.
El impacto de la crisis climática en el mundo natural del que dependemos para obtener alimentos, refugio y medios de subsistencia se está acelerando y, sin una acción inmediata, estamos en camino de perder esta lucha”, e insistió que “podemos y debemos hacer más, comenzando con intervenciones políticas tangibles que sean también modeladas por el conocimiento de los Pueblos Indígenas y las comunidades locales”.