Antes de la pandemia, la resistencia de las bacterias infecciosas a los medicamentos antimicrobianos estaba en ascenso, y la llegada de la Covid-19 aceleró esta tendencia, pues ante la nueva enfermedad fue común recetar antibióticos que no tuvieron efecto contra el coronavirus SARS-CoV-2, pero sí provocaron que las bacterias se hicieran resistentes.
México no fue la excepción en ninguna de estas dos tendencias e incluso destaca en ambas, de acuerdo con las fuentes citadas en un resumen sobre el tema publicado por la Alianza por las Vacunas GAVI, en el marco de la Semana Mundial de la Concienciación de la Resistencia a Antimicrobianos.
Según un estudio publicado en The Lancet en noviembre de 2021, México está dentro del grupo de países de ingresos bajos y medios en que se produjo un “preocupante” aumento en el consumo de antibióticos entre 2000 y 2018, y fue el país de América donde aparentemente este crecimiento fue más pronunciado, ya que sólo hay datos al respecto para menores de cinco años y no se miden las tasas de resistencia.
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Por otra parte, el uso de antimicrobianos se disparó en la pandemia; en conjunto, y a nivel global, una revisión de diversos estudios encontró que alrededor del 69 % de los pacientes hospitalizados con Covid-19 recibieron antibióticos de manera previa.
Los autores destacan que en ocasiones, los antibióticos son recetados para evitar una “colonización” bacteriana, incluso sin una infección bacteriana específica o confirmación de laboratorio.
“Sin embargo, el tratamiento con antibióticos debe usarse en función de un diagnóstico preciso”, señalan, y sólo alrededor del 8 % de los pacientes tenían una coinfección bacteriana o fúngica al ingresar al hospital, “lo que significa que la mayoría de los antibióticos utilizados fueron innecesarios”, concluye el reporte de GAVI.
Los antibióticos más usados en estos casos fueron ceftriaxona y azitromicina, que el gobierno de la Ciudad de la México incluso llegó a regalar antes de que se mostrara su ineficacia para tratar la Covid-19; sin embargo, muchos médicos particulares de todo el país la siguieron recetando.
ndemia de Covid-19 muestran una mayor resistencia a los medicamentos, particularmente en especies de bacterias comunes como A. baumannii, E. coli y K. pneumoniae.
Según una investigación publicada también en The Lancet, a principios de 2022 con datos hasta 2019, actualmente mueren más personas por infecciones resistentes que por el VIH o la malaria. En 2019, 4.95 millones de personas fallecieron por enfermedades en las que intervino la resistencia a los antibióticos.
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