Han pasado más de dos días desde que 10 mineros quedaron atrapados en una mina en Sabinas, Coahuila; hasta ahora, las acciones de rescate, que iniciaron con un marcado retraso, siguen siendo insuficientes y llenas de contradicciones entre las dependencias que las realizan.
Aunque el derrumbe en el pozo de carbón, donde trabajaban al menos 14 o 15 personas en el momento del accidente, se dio a las 13:35 horas del miércoles 3 de agosto, no fue sino hasta pasadas las 4 de la tarde cuando comenzó a llegar el apoyo al área conocida como Conchas, en el municipio de Sabinas.
Los pozos carboníferos cuentan con una profundidad de 60 metros, los cuales se encuentran, de acuerdo a los primeros reportes, llenos de agua. La falta de bombas de extracción que ya suman 19, según la Coordinación Nacional de Protección Civil, o 20 de acuerdo con la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), había dificultado el retiro del líquido.
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Según informaron en la conferencia matutina del presidente Andrés Manuel López Obrador del viernes, hasta las 5:00 horas de este día se han logrado extraer sólo cuatro metros de agua, lo que representaría apenas el 6.6% del total de agua que impide las acciones de rescate.
De continuar a ese ritmo, el rescate tardaría cerca de 29 días, ya que, según Fernando de las Fuentes Hernández, secretario de Gobierno de Coahuila, los buzos de la Sedena podrán entrar al lugar cuando el agua baje hasta los 5 metros y los rescatistas, cuando el nivel del líquido llegue a 1.2 metros.
En la misión, informó el Gobierno federal, laboran 383 elementos, 19 bombas sumergibles, 11 generadores eléctricos, ocho torres de iluminación y 60 vehículos terrestres; sin embargo, lo que no han dado a conocer es si existe algún tipo de contacto con los mineros, si siguen con vida, si se les ha suministrado oxígeno o alimento.
La información se ha volcado en explicar cuántos y qué tipo de elementos trabajan en la zona, sin adentrarse en las acciones concretas que se realizan para rescatar a los 10 mineros, además de la extracción del agua de los pozos.
Como dicen una cosa, dicen la otra
La coordinación entre dependencias, organismos y gobiernos federal y estatal en el rescate de los 10 mineros ha estado llena de contradicciones que han dejado notar en las diferentes entrevistas y presentaciones de informes.
La concesión de la mina es una interrogante. Mientras el secretario de Gobernación de la entidad asegura que se mantiene en secreto por las investigaciones que realiza la Fiscalía de Coahuila, el presidente López Obrador asegura que es algo que se investigará después.
Desde el miércoles, las contradicciones se hicieron presentes, pues el número de mineros atrapados variaba dependiendo quién informara: ocho, nueve o 10. Lo mismo con los que lograron abandonar el pozo antes de la inundación, si eran cuatro o cinco. Si estaban hospitalizados o dos ya habían sido dados de alta, y cuál era su estado de salud.
En la conferencia matutina, Laura Velázquez, coordinadora de Protección Civil, dio a conocer que una bomba más se añadiría este viernes a las labores; el subsecretario de la Sedena, Agustín Radilla Suástegui, dijo que serían dos.
Y mientras el Ejército afirmaba que se había logrado extraer dos metros de agua de los pozos, Velázquez aseguró que ya eran cuatro metros.
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