El subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, volvió a desestimar los riesgos de Ómicron al comparar el cuadro clínico de esta nueva variante con el de la gripe común, una afirmación que ha sido desmentida por expertos y organizaciones internacionales.
El funcionario también aseguró que “el desafortunado contagio del Presidente nos ilustra lo que ocurre con la variante Ómicron”, que según datos preliminares afecta principalmente a las vías respiratorias altas, aunque aún representa un riesgo multisistémico.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) enfatizó, hace menos de una semana, que Ómicron no es una enfermedad leve, ni debe tratarse como si fuera una gripe común.
Esta mañana, el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell, aseguró que el “comportamiento clínico de Ómicron es más parecido al catarro común”, una idea que ha sido cuestionada por expertos en salud pública, quienes han remarcado el riesgo de desestimar los efectos de esta variante de manera apresurada.
›Lopez-Gatell también señaló que “es una enfermedad en la que predomina la afección respiratoria alta, pero afortunadamente con menor probabilidad de daño a los pulmones”, lo que según el funcionario “ayuda a visualizar el porqué se ha separado la rápida ocurrencia de muchos casos y la lenta curva de hospitalizaciones”.
Aunque datos iniciales de países como Sudáfrica o Reino Unido, en donde esta variante tomó rápidamente el control, apuntaban a tasas de hospitalización más bajas en comparación a otros picos, información reciente demuestra un desfase entre el aumento de ingresos clínicos y los casos reportados en estas naciones.
Epidemiólogos e infectólogos como Eric Feigl-Ding o Alejandro Macias han remarcado la importancia de no descartar el impacto de esta variante en los sistemas de salud pública, que podrían saturarse ante el crecimiento acelerado de contagios, tal y como sucedió en Estados Unidos que ayer superó el pico de hospitalizaciones de toda la pandemia.
Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), enfatizó que “si bien Ómicron parece ser menos grave en comparación con Delta, especialmente en los vacunados, no significa que deba categorizarse como leve. Al igual que las variantes anteriores de Covid-19, esta última está hospitalizando a personas y las está matando”.
Por otra parte, la encargada de la respuesta técnica de la OMS para la pandemia, María van Kerkhove, lanzó un fuerte mensaje en redes sociales en el que recalcó que “Ómicron NO es una gripa común”, mientras otros expertos como Gorka Orive han señalado las múltiples incógnitas que aún quedan por resolver respecto al verdadero impacto de esta variante, que ha sido catalogada como uno de los virus más infecciosos de la historia.
Las declaraciones de López Gatell también fueron criticadas por Andreu Comas, virólogo de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, quien cuestionó al funcionario federal con datos sobre las hospitalizaciones actuales en Nueva York o Londres, así como el daño a la economía y los efectos del Covid a largo plazo.
Para estos expertos la comparación de los síntomas de Ómicron con una gripe común no sólo produce desinformación, también crea una falsa sensación de seguridad que podría disparar los contagios a niveles no vistos en toda la pandemia, algo que es especialmente grave en países con sistemas hospitalarios más débiles que los de Estados Unidos o Europa.
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