A medida que comenzaron a cerrar las urnas en los 36 estados donde hubo votaciones para renovar el Congreso, el Senado estadounidenses, y designar nuevos gobernadores, comenzó a perfilarse una derrota para el partido del presidente Joe Biden.
Y aunque el avance de los republicanos podría favorecer los planes de Donald Trump para lanzarse a un nuevo mandato presidencial en 2024, la reciente victoria de su rival Ron DeSantis en la gubernatura de Florida podría representar un problema, dado que el también republicano podría contender más tarde para la Casa Blanca.
Con el 59.3 % del total de los votos, el gobernador recién reelecto, de corte radical de derecha, cuenta con un perfil que lo ha colocado entre las preferencias de la clase política de cara a las elecciones presidenciales en dos años, y es hasta la fecha el segundo favorito después del propio Trump.
Otra personalidad relacionada a Trump que obtuvo la victoria fue Sarah Huckabee Sanders en la gubernatura de Arkansas. Huckabee, quien obtuvo el 59.1 % de los votos, se desempeñó como secretaria de prensa de la Casa Blanca durante la gestión del multimillonario, y poco después de una de las investigaciones que se hicieron sobre Trump, admitió haber realizado declaraciones falsas.
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Y si bien los resultados oficiales no se conocerán hasta dentro de unos días, en Texas, otro aliado de Trump se perfila para ganar la gubernatura. Greg Abbott compite contra el demócrata Beto O’Rourke, y hasta el cierre de esta edición, la ventaja la tiene el republicano.
Pero no todo son malas noticias para los demócratas. En Massachusetts, Maura Healey se colocó como la primera gobernadora abiertamente gay del estado, frente al republicano Geoff Diehl.
Por su parte, el demócrata Maxwell Frost, de 25 años, se convirtió este martes en el primer miembro de la Generación Z en entrar en el Congreso de Estados Unidos, al ganar un escaño en la Cámara de Representantes por Florida, según varios medios estadounidenses. Sin embargo, el estado mantiene 20 distritos del Congreso liderados por republicanos, y únicamente ocho han sido ganados por los demócratas.
El control del Senado, que podría quedar en manos de los republicanos, es de hecho el más incierto. Este podría jugarse en un solo escaño y dependerá del color del senador elegido en estados muy disputados como Pensilvania, Georgia, Ohio, Nevada, Arizona o incluso Wisconsin.
Hasta las 20:50 horas, los republicanos ya ostentan 83 de los 435 miembros de la Cámara de Representantes, mientras que el ala democrática únicamente posee 47 puestos. En el Senado, la ventaja es de 11 estados que tendrán políticos republicanos frente a seis demócratas, mientras que de las 36 gubernaturas en juego, el partido rojo ganó en 10 estados, mientras sus rivales se quedaron con cinco entidades.
Asimismo, al menos 70 deniers (republicanos que rechazan los resultados de las elecciones presidenciales de 2020 ) han ganado puestos de relevancia en el Congreso.
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