Dos días después de la llegada del huracán Otis en la costa de Guerrero, donde Acapulco fue el epicentro de los daños por la inusitada fuerza del ciclón, la región lucha por recuperarse, con un saldo de al menos 27 personas muertas, cuatro más desaparecidas y una estela de daños pendientes por cuantificar.
El reporte de víctimas se dio hasta este jueves debido a que a pesar de que se han podido restablecer algunos servicios básicos, la situación sigue siendo crítica y hasta el cierre de esta edición buena parte de Acapulco seguía sin energía eléctrica y con sistemas de comunicaciones inalámbricas intermitentes o parcialmente inoperables.
La empresa Telcel reportó que operaba al 40% de su capacidad, permitiendo una conexión limitada para algunos residentes y turistas que buscan información y comunicación.
El fenómeno causó el colapso de 50 torres de alta tensión en Acapulco, que sigue parcialmente incomunicado; también hubo daños en hospitales públicos, por lo que hubo que trasladar a 600 pacientes a otros hospitales de la zona, informó hoy la secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana, Rosa Icela Rodríguez.
La gobernadora de Guerrero, Evelyn Salgado, informó que el 80% de la zona hotelera de Acapulco resultó dañada, por lo que anunció el despliegue de más de 30 camiones para la evacuación de los turistas varados en los hoteles.
A nivel federal, se informó sobre el envío de alrededor de mil “servidores de la Nación y promotores” para el censo de afectaciones en viviendas y comercios, pues aunque las mayores afectaciones se resintieron en el puerto de Acapulco, también hubo afectaciones en localidades como Ajuchitlán del Progreso, Tecpan de Galeana, Coyuca de Benítez, entre otras. Para lo cual, aseguró el presidente Andrés Manuel López Obrador se tiene los recursos “garantizados”.
Embestida repentina
El crecimiento de Otis desde tormenta tropical hasta huracán categoría 5 en alrededor de 14 horas sorprendió a los expertos, las autoridades y, por supuesto, a la población y visitantes de Acapulco; sin embargo, desde las dos de la tarde del martes, hora del centro de México, se sabía que se avecinaba el huracán y que era “extremadamente peligroso”.
Sin embargo, en México, el Servicio Meteorológico Nacional y la Comisión Nacional del Agua (Conagua) reportaron esa información hasta las 15:28 horas en su cuenta de X (antes Twitter).
A las cinco de la tarde, la NOAA emitió un breve comunicado en que señaló que Otis se había fortalecido rápidamente hacia un huracán categoría 4, “extremadamente peligrosa” y añadía que “ahora se espera que esté cerca de la intensidad de categoría 5 al tocar tierra”.
La información de la Coordinación Nacional de Protección Civil publicada en X estaba aun más retrasada, pues a las 4:59 de la tarde informó que Otis era categoría 3 y sugería evitar accidentes “ante las lluvias intensas, que provocará el huracán”. No hubo corrección por la información que el NOAA daría un minuto después.
Recursos ilimitados
La catástrofe que vive Guerrero por el paso del huracán “Otis” ha generado multimillonarias pérdidas materiales a los ciudadanos de ese estado, y las voces se han levantado en contra del gobierno por haber desaparecido en 2020 el Fondo Nacional de Desastres Naturales (Fonden), aunque las autoridades indican que lo que desapareció fue el mecanismo para activarlo, y que ahora los recursos son más claros.
El subsecretario de Egresos de la Secretaría de Hacienda, Juan Pablo De Botton, explicó en su comparecencia ante la Cámara de Diputados que se tienen mecanismos de transferencia de riesgo que les permiten estar en una mejor posición en dos momentos: durante la emergencia y la reconstrucción.
“Se cuenta con un presupuesto para poder dar la atención, pero realmente a la hora de atender una emergencia, no hay límites, vamos a buscar de todas las maneras que sea posible, el que se atienda lo que se requiere para la gente de Guerrero”, señaló De Botton.
Por la mañana, durante su conferencia matutina, el presidente Andrés Manuel López Obrador sostuvo que “tenemos un recurso garantizado para la emergencia, pero además no se trata de fideicomisos, no se trata de fondos para atender emergencias, cuando el pueblo de México necesita apoyo se puede utilizar todo el presupuesto público, no hay límites”.
Agregó que la desaparición que en 2021 aprobó la Secretaría de Hacienda del Fideicomiso del Fondo de Desastres Naturales (Fonden) se debió a que se trataba de la “caja chica de los políticos corruptos”.
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