Los dólares que envían los connacionales que trabajan en el extranjero a sus familiares en México son recursos que garantizan el que haya dinero en circulación e implícitamente se pague un mayor monto de impuestos al consumo, siendo una ayuda para el gobierno al final de esa cadena. En junio, las remesas sobrepasaron la cifra histórica de los cinco mil millones de dólares por segunda vez y de manera consecutiva.
Cabe destacar que las remesas no son un producto de las políticas públicas, sino del esfuerzo de mexicanos en el extranjero que envían una parte del resultado de su trabajo para mejorar las condiciones de sus seres queridos y que por consecuencia impactan en los ingresos gubernamentales.
De acuerdo con datos del Banco de México, las remesas durante junio alcanzaron cinco mil 172.45 millones de dólares, 0.38% menos que en mayo, o una disminución de 19.91 millones de dólares, pero aún con esta baja sobrepasan una marca histórica.
En enero de 2000, el acumulado de las remesas de los últimos 12 meses alcanzó cinco mil 966.16 millones; es decir, ahora en un solo mes cubrieron 86% de lo que se enviaba en un año hace 22 años.
Estas nuevas cifras son realmente un salvavidas para la economía mexicana que aún no puede salir de la crisis sanitaria de la Covid y que tiene la carga presupuestaria más grande de su historia con más de siete billones de pesos para este año.
En los últimos 12 meses, las remesas alcanzaron la cifra de 55 mil 503.7 millones de dólares. Este número en términos anuales representa un 23.45% más, pero un detalle que debe resaltarse es que la alta inflación se comió prácticamente 8% del incremento.
El gobierno ha presumido las cifras históricas de remesas que entran a la economía, pero esto es reflejo de que hay un mayor número de mexicanos que deciden irse a otro país para buscar condiciones que no han encontrado en sus lugares de origen.
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