Hablar de lo mismo y no actuar, sólo quita energía y tiempo. Es por eso que hoy quiero escribir no de lo malo, sino de lo bueno que podría salir de una mala situación. Sí, somos muchos los que nos sentimos molestos e indignados con Donald Trump, pero la queja no nos va a llevar a ningún lado ni nos va a dar la solución.
Lo que quiere, Donald Trump, es romper el lazo que conecta a Estados Unidos con el resto del mundo. En otras palabras, quiere dividir a su país del resto de países. Lo mismo que muchas personas hacen todos los días, incluso con miembros de su propia familia. No seamos hipócritas y empecemos a trabajar en lo que a cada uno le compete para ser mejor persona. Buenas personas hacen una gran nación y una gran nación hará un mundo excelente.
Desde mi punto de vista, esto sí tiene arreglo. ¿Qué es el mal? La ausencia del bien. Del mismo modo, ¿qué es la división? La ausencia de la unión. Ya no son los países, es el mundo en general el que está buscando hacer valer su voz. No importa si eres mexicano, francés, chino o estadounidense, lo que cuenta es que todos compartimos el mismo sentimiento. Si eres humano, entonces tú y yo somos iguales en cuanto a derechos. Porque el de color de nuestros ojos será diferente pero el color de nuestra sangre es el mismo.
Ahora más que nunca todos tenemos que estar unidos para respaldar la misma causa. Dejar a un lado las etiquetas que nos clasifican como diferentes productos del supermercado. Somos muchas las personas (incluyo a miles de estadounidenses) que pensamos igual y queremos lo mismo: unión y libertad. Queremos una democracia real y que se nos respete sin importar el color de piel, la nacionalidad, el género y la religión que cada uno profesa.
La globalización es lo que caracteriza nuestra época y nuestras relaciones. Hoy en día las fronteras son sólo marcas territoriales que dividen la tierra; la gente está conectada de tal forma que la distancia ya no depende de los kilómetros, sino de la calidad de la relación. Yo estando en México, hablo al mismo tiempo con mi amigos de Madrid, de Londres, de Italia y de Estados Unidos. Enfoquémonos en que somos seres humanos y no en las diferentes banderas. Como bien lo dijo el Coordinador del Grupo Parlamentario del Partido Acción Nacional, Marko Cortés Mendoza: “El mundo no necesita muros, sino puentes de entendimiento”.
Concluyo y comparto un pensamiento del gran escritor argentino, Jorge Luis Borges: “El nacionalismo es un mal de esta época- Revista Sur 1980”.
