La comida orgánica está tomando un lugar importante en el mundo de los alimentos. Hace algunos años nadie conocía de ella pero, ahora, ya tiene mayor publicidad. Ya podemos encontrar en los supermercados frutas, verduras y lácteos con la etiqueta “orgánico”. Sin embargo, todavía no contamos con la suficiente información para distinguir las diferencias que hay entre estos alimentos de los comunes, lo que provoca que dudemos de los beneficios.
Les quiero explicar el origen del ascenso de la comida orgánica y por qué es importante. Gracias a Internet y a muchos grupos que defienden el planeta y promueven los derechos de los animales, ha salido a la luz cómo las grandes empresas abusan de los químicos que usan para las frutas y las verduras, el maltrato que los animales sufren y las hormonas que les inyectan para desarrollarse de forma más rápida y antinatural.
Sustancia tóxicas en los alimentos
Hay datos recientes que demuestran algunos casos de intoxicación generado por estos contaminantes: Aldrin, clorano, mírex, dieldrin, DDT, dioxinas, furanos, PCB, endrín, heptacloro, HCB y toxafeno. Estas sustancias provocan cáncer y malformaciones congénitas en los seres humanos y en los animales. Fueron prohibidas desde la Convención de Estocolmo en el año 2001 pero, en muchos países, se siguen usando en los cultivos como plaguicidas.
Sustancias tóxicas en la carne
Se han detectado sustancias que se administran en los animales durante su crecimiento, antes de ser sacrificados, que producen una rápida engorda (aumentan masa muscular y reducen grasa para llamar la atención del consumidor). En el caso del pescado, se han detectado sustancias tóxicas derivadas de los desechos industriales que se tiran en los ríos y en los mares. Estas sustancias son: clembuterol, dietilstilbestrol, cimaterol, fenoterol, ritodrine, ractopamine, terbutaline y salbutanol, entre otras hechas con hormonas.
La legislación mexicana prohibió el uso de clembuterol en 1999, pero algunos ganaderos siguen utilizándola a pesar de la prohibición. Michoacán, Jalisco, Querétaro, Guanajuato y la Ciudad de México, son quienes presentan mayores casos de intoxicación.
¿Por qué la comida orgánica es más cara?
Al no tener los agregados artificiales, el crecimiento es más lento (como naturalmente sucedería), la cantidad es más pequeña y el trabajo humano es mayor. Yo, en lo personal, considero que sí vale la pena pagar por algo que no me intoxique y que me ayude a prevenir enfermedades derivadas por estos químicos.
Ejemplos de empresas que buscan hacer la diferencia: Organivía Organivía es un servicio a domicilio que ofrece productos orgánicos con opciones para veganos y celiacos. Los empaques que usan para hacer los envíos son biodegradables: están hechos con fécula de maíz y tarda de 90 a 210 días en desintegrarse. El concepto de Organivía es “comida para el alma” y “de la tierra para ti”, y hacen una gran labor como empresa.
Yo, personalmente, les recomiendo el tazón de atún, el atún oriental, la sopa mediterránea, las ensaladas, los sándwiches y las chapatas son de ensueño y los postres me vuelven loca. La presentación es gourmet y tienen servicio de lunes a domingo.
Deberíamos apoyar a empresas como Organivía (https://www.organivia.com) para que sigan creciendo. Son pocas las empresas que realmente se interesan en la salud de los consumidores y en el medio ambiente.
Recordemos el sabio dicho: “el pez muere por la boca”. Sí, la comida orgánica cuesta un poco más pero, ¿ya se preguntaron cuánto cuesta el cáncer, una noche en el hospital o un funeral?