No en mi nombre

6 de Enero de 2025

Rebeca Pal

No en mi nombre

Familiares y allegados de los sospechosos del ataque terrorista, el pasado 17 de agosto en la vía peatonal de Las Ramblas en Barcelona, se reunieron el sábado 19 de agosto, en la plaza del municipio de Ripoll, para denunciar la violencia y pedir a los fugitivos que se entreguen a la policía; la madre del principal sospechoso, Younes Abouyaaqoub, instó a su hijo para que lo hiciera lo antes posible.

Los integrantes de la comunidad musulmana, en Ripoll, mostraron papeles con el mensaje “¡No en mi nombre!”, o “No en el meu nom” en catalán, en respuesta al comunicado del Estado Islámico que informaba que los atentados terroristas fueron cometidos por dos escuadrones de yihadistas.

Yayo Herrero, de Ecologistas en Acción, y Saliha Ahouari, de la Asociación de Hijos Inmigrantes, leyeron el manifiesto “No en nuestro nombre”, que sumó más de 33 mil 300 firmas y tiene como finalidad mostrar la repulsa contra el terrorismo, contra la islamofobia y contra sus guerras: Si la respuesta a la barbarie es suspender derechos, encerrarnos en casa y recortar libertades, el terrorismo tendrá la victoria. Si el dolor por las víctimas se responde provocando dolor a otros inocentes, la espiral no tendrá fin. Si buscamos culpables por vestir, rezar o pensar diferente, si criminalizamos y generalizamos, estamos contribuyendo a construir el muro divisorio que el fanatismo quiere erguir. Esto no podemos permitirlo.

Edoardo Bazzaco, en respresentación de SOS Racismo en Cataluña, aseguró, “no se puede aceptar la criminalización de colectivos por actos de individuos, y tampoco se puede dejar la puerta abierta a la xenofobia y al racismo”.

Tristemente, el fanatismo terrorista es funcional y retroalimenta al fanatismo racista europeo.

El error de generalizar

Generalizamos para que nuestra mente pueda simplificar lo que es complejo, y lo pueda manejar. No hay ninguna generalización que pueda funcionar porque siempre nos generará incertidumbre, relatividad y entropía. ¿Por qué?, porque por ley de vida todo va cambiando con el tiempo, incluso las estadísticas. Esto significa que lo que generalizamos hoy, puede ser usado en nuestra contra el día de mañana. A lo largo de la historia se ha comprobado que las generalizaciones tienen fecha de caducidad.

Cada persona es un mundo, por eso considero que de un hecho aislado no puedo sacar una conclusión general, porque me perdería la oportunidad de romper un paradigma y sorprenderme con los cambios y sus enseñanzas.

Alejandro Jodorowsky, (recomiendo el libro, La sabiduría de los cuentos) compartió una afirmación que considero muy oportuna para este tema:

“Las palabras “nadie”, “nunca”, “siempre”, “todo”, “nada”, etc., llevan a juicios equivocados sobre la realidad, pues más que ajustarse a ella, diversa y mutante, confirman esquemas de pensamiento rígidos y distorsionados”.

No nublemos nuestra percepción, no perdamos la conexión ni la interacción con nuestro entorno por generalizar. Cuidemos nuestras palabras porque nos pueden envenenar.

Las generalizaciones no son verdades absolutas. No creo que todos los musulmanes sean terroristas, al igual que no creo que todos los mexicanos seamos corruptos, mentirosos y rateros.