La ignorancia en la alimentación (parte I)

2 de Enero de 2025

Rebeca Pal

La ignorancia en la alimentación (parte I)

Realicé una investigación con el apoyo de la Licenciada en Nutrición y Educadora en Diabetes: Elisa Sieiro Ortega, Cédula Profesional 7570319. La comparto porque ahora que he estado conviviendo con doctores por el tema de la intolerancia al gluten, estoy sorprendida con la cantidad de enfermedades que podríamos evitar si supiéramos comer bien. 1.¿Hay ignorancia en el tema de la alimentación en México? Las familias mexicanas están marcadas por la desigualdad alimentaria, altos niveles de obesidad y elevados porcentajes de hambre. De acuerdo a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), México pertenece a las naciones con mayor obesidad en el mundo. El ritmo acelerado de vida, los altos niveles de estrés, el sedentarismo, son factores que reducen el tiempo para la preparación de alimentos, y comer pasa a un segundo plano. La prioridad es llevarse algo a la boca sin preocuparse si es saludable. Existe información errónea circulando en Internet de supuestos “profesionales de la salud”, dando recomendaciones basadas en “evidencias científicas”, las cuales suelen ser resultado de la mercadotecnia. Los mitos alimentarios se presentan como resto de un pasado de ignorancia, pero también en creencias erróneas fomentadas por intereses comerciales, económicos y por una publicidad tendenciosa. La población está bombardeada por toda clase de opiniones infundadas y contradictorias, se encuentra en un lamentable estado de confusión, que le impide distinguir la realidad de la fantasía.

Es ahí donde radica nuestra labor como nutriólogos; la orientación y educación alimentaria mediante fuentes científicas que permitan al paciente adoptar o modificar hábitos que no son adecuados, por medidas que mejoren la calidad de vida.

2. A tus pacientes, ¿qué temas les preocupa más?

Desde el 2010, que estoy en el campo clínico, el 95% de los pacientes asisten a consulta por sobrepeso u obesidad. Lamentablemente muchos de ellos con enfermedades como diabetes, dislipidemias, higado graso, síndrome metabólico, entre otras.

Una de las mayores preocupaciones es bajar de peso lo más rápido posible, pero como les explico a mis pacientes: “El aumento de peso se ha venido gestando por años, la reducción no es mágica. Hay que cambiar el chip, entender que aprendiendo a comer es la única forma para que el tratamiento y los resultados sean sostenibles a largo del tiempo”.

3. ¿La carne es dañina para el cuerpo?

La carne nos aporta proteínas necesarias para el crecimiento, la formación y la reparación de tejidos. Gracias a las proteínas el ser humano ha evolucionado a lo largo de los años, y nuestro sistema digestivo se encuentran adaptado para su consumo. Sí, es verdad que la carne que comemos es muy diferente a la carne que nuestros antepasados comieron. En la actualidad se llevan a cabo más procesos para aumentar la vida útil del producto, añadiendo conservadores y productos químicos. La recomendación es evitar embutidos y alimentos de origen animal altos en grasas (salchichas, tocino, chorizo, chicharrón) y preferir cortes de carne magros, que contengan la menor cantidad de grasa posible.

Es importante alternar el consumo entre carne roja, pollo y pescado, y destinar un día sin carne sustituyendo la proteína animal por leguminosas más un cereal, para crear una proteína vegetal.

4.¿Cuántos gramos de proteína animal hay que ingerir?

Se recomienda consumir entre 0.8 y 1.2 gramos por kg de peso. Un hombre sano de 70 kg puede consumir al día entre 56 a 84 gr de proteína o entre un 10 y un 15% de las calorías totales al día. Existen diferentes condiciones dónde el consumo puede aumentar o disminuir, por ejemplo, durante el embarazo o la lactancia el requerimiento de proteína es mayor, y en enfermedades renales el consumo de proteína deberá ser controlado.