Libia sigue dando mucho de qué hablar. La OIM (Organización Internacional para las Migraciones), agencia de Naciones Unidas para los movimientos migratorios, ha documentado prácticas que son inhumanas y propias del siglo pasado. Cuenta con el testimonio de los inmigrantes subsaharianos, que pasan por Libia con la intención de llegar a Europa. Éstos son vendidos y comprados en mercados de esclavos a luz de día, en plena calle. La gente paga por persona entre $6,000 y $11,000 pesos mexicanos (500 y 300 euros).
Esta ruta migratoria (parte de África para llegar a Libia), se ha convertido en un infierno. Las personas la recorren en busca de una mejor vida; huyen del hambre, de la pobreza y del terrorismo para encontrarse con mercados de esclavos en donde pierden la dignidad y todos sus derechos. El país norteafricano, que se encuentra en caos y desgobierno, ha abierto las puertas a las mafias para que lleven a cabo todo tipo de torturas y abusos. El portavoz de la OIM, Joel Millman, anunció que las mafias secuestran a los inmigrantes que ya han pagado por el trayecto hasta Libia. Una vez en manos de sus captores son trasladados hasta poblaciones como Sahba, donde son vendidos a los libios.
Un senegalés, que después de varios meses de secuestro logró escapar, testificó sobre la existencia de mercados de esclavos donde los inmigrantes subsaharianos son vendidos y comprados por libios: “Fui comprado y, posteriormente, trasladado a mi primera prisión. Una casa privada donde más de un centenar de inmigrantes estaban retenidos”. A algunos los obligan a ponerse en contacto con familiares para pedir un rescate. La OIM tiene el testimonio de un senegalés que tuvo que pedir a su familia una suma equivalente a 480 dólares. Como la familia no pudo reunir el dinero, éste fue vendido a otro libio que exigía un rescate mayor que el primero. El senegalés logró recaudar una parte del dinero y la otra pudo pagarla trabajando como intérprete para sus captores. “Los esclavos comían una vez al día y, en ocasiones, se les dejaba morir de inanición. Si mueren o son liberados, los secuestradores vuelven al mercado para reemplazarlos”, finalizó el testigo. Las mujeres pasan por el mismo proceso de compra y venta, con la única diferencia de que las utilizan como esclavas sexuales y son enviadas a casas particulares abocadas a la prostitución.
Mohammed Abdiker, el director de Operaciones y Emergencia de la OIM, viajó a Libia y al volver comentó: “He tenido acceso a casos horrorosos. Los inmigrantes que caen en las redes de traficantes hacen frente, sistemáticamente, a malnutrición, abuso sexual, incluso asesinato. Tenemos constancia de que el año pasado 14 inmigrantes murieron en emplazamientos como los descritos, en un sólo mes de enfermedades y malnutrición. Nos están contando que hay fosas comunes en el desierto”, puntualizó.
El Gobierno de Níger ya ha reaccionado. El presidente, Issoufou Mahamadou, manifestó la indignación tan profunda que siente por las imágines filmadas al sur, en un barrio de Trípoli. Hizo una llamada a las organizaciones internacionales pidiendo ayuda y apoyo para acabar con esta práctica inhumana.
Es una pena que la esclavitud sea un tema de coyuntura en pleno siglo XXI. No me cabe la menor duda de que las malas acciones siempre existirán mientras las permitamos. La maldad no es humana, es opcional.