El viernes estuve en el corazón de Madrid y me tocó ver parte de la celebración del orgullo gay, que este año tuvo sede en España. Convivían personas de todos colores y diversas nacionalidades sin problema alguno. Los que no están a favor, simplemente no se presentaron, pero lo respetaron y dejaron que la gente celebrara y se manifestara libremente.
Regresando a casa, en un momento de ocio, vi dos videos que me provocaron un nudo en la garganta y lágrimas de cocodrilo. No lloré por tristeza, fue por la impotencia de no tener el poder para cambiar una realidad. Los videos que vi tocaban el tema del racismo y la discriminación que se vive todos los días en México. Uno mostraba cómo el racismo afecta a nuestros niños y el otro cómo profesionales y ciudadanos de tez morena se ven discriminados por el color de piel.
Hice una investigación para entender esta terrible situación y me encontré con estos resultados:
- Una encuesta realizada por OCCMundial, reveló que cinco de cada diez mexicanos han sido víctimas de discriminación laboral. Se considera la primera causa, seguida por la edad y la apariencia física. Otras causas secundarias son: condición socioeconómica, responsabilidades familiares, embarazo, género y preferencia sexual. Los profesionistas se ven afectados por esto en la búsqueda de trabajo y, dentro de la empresa, por el desarrollo profesional, promoción o aumento de sueldo y despido. Los entrevistados consideran responsables al departamento de RRHH, al jefe y a la cultura empresarial en general. Las consecuencias de estos actos son: baja autoestima, estrés, depresión y sentimientos de frustración, humillación y desconfianza. Seis de cada diez personas están dispuestas a hacer una denuncia, sin embargo, la realidad es la siguiente: 30% señala que no hay apoyo para realizar la denuncia por parte de la empresa, el 15% lo aceptan porque creen que así es la cultura de la empresa y no la van a cambiar y un 11% no quiere levantar la voz por miedo a perder el empleo.
- El INEGI, a partir de un debate que realizó sobre los niveles de racismo, publicó que el 55% de la población admite que insulta y agrede a otros semejantes, sólo por el color de piel. La discriminación que existe en nuestro país se da, principalmente, por diferencias culturales y de tez.
- Otra encuesta elaborada por Conapred, revela que el 20% de las personas en México no se sienten bien con el color de su tez; a la mayoría les genera inseguridad no tener la piel blanca. Uno de cada cuatro mexicanos comentó que sí se siente discriminado por su apariencia física y un 5.5% cree que no es positivo, para el país, que haya gente de fenotipos distintos.
- Un 23% comentó no estar dispuesto a vivir con una persona de otra “raza” o cultura diferente.
- Un 72% cree que sí hay racismo en México y un 47% dijo que los indígenas no tienen oportunidades laborales, y si las tienen, son mínimas.
Me gustaría que al igual que existe el orgullo gay, también pudiéramos festejar el “orgullo humano”, en donde la diversidad sea sinónimo de igualdad y se pueda celebrar las buenas acciones que grandes seres humanos han logrado por los derechos de todos nosotros, de los animales y de nuestro planeta. Que fuera una gran fiesta a nivel internacional para recordarnos que el color de nuestra piel o de nuestros ojos puede ser diferente, pero el color de la sangre siempre será el mismo. Que pudiéramos comprender que la igualdad entre desiguales genera desigualdad. Me gustaría que algún día podamos celebrar, “el orgullo humano”.
“Hoy les digo a ustedes, amigos míos, que a pesar de las dificultades del momento, yo aún tengo un sueño… Sueño que mis cuatro hijos vivirán un día en un país en el cual no serán juzgados por el color de su piel, sino por los rasgos de su personalidad”. Martin Luther King