El nacionalismo genera holocaustos

15 de Noviembre de 2024

Rebeca Pal

El nacionalismo genera holocaustos

Fui a la exhibición de Auschwitz, en Madrid. Fue un recorrido duro, no por las cuatro horas que estuve de pie, saliendo y entrando de una sala a otra, sino por la barbarie que vi a través de 600 piezas originales; testigos de uno de los episodios más oscuros de la humanidad. Es duro pensar que esta barbarie ocurrió en un continente civilizado, en el seno de una sociedad que, para su época, era la más avanzada en el ámbito tecnológico y social.

La ideología de Hitler fue respaldada por toda una nación porque se sintió identificada. Votaron por él creyendo en la promesa de que Alemania volvería a ser grande, y en la acusación de que ciertas minorías eran responsables de las desgracias del país. Adoptaron como propias las convicciones de Hitler: oposición a la democracia y al comunismo, odio a los judíos y la superioridad de la raza aria (Llegado a este punto, ¿esto no les suena a alguno de los discursos que ha dado Donald Trump?). Esto concluyó en el asesinato de más de seis millones de personas, consideradas enemigas de la nación. Salí de la exposición pensando que parte de la raíz de todo esto, fue el nacionalismo que Hitler supo inculcar y promover.

Llegué a casa, me puse al corriente con pendientes y leyendo las noticias vi: Cientos de neonazis marchan con antorchas por el centro de Sofía. Pensé que era una broma de muy mal gusto, pero no.

Los manifestantes, autodenominados “nacionalistas búlgaros”, marcharon vestidos de negro para rendir homenaje al general Hristo Lukov, líder del grupo filonazi Unión de las Legiones Búlgaras entre 1930 y 1940. En la marcha participaron organizaciones europeas de extrema derecha procedentes de Alemania, Suecia, Hungría y Estonia que consideran a Lukov un “héroe de guerra búlgaro”.

Los contramanifestantes se concentraron horas antes de la manifestación, que concluyó sin incidentes, bajo el lema “Calles sin nazis”. En un principio la marcha fue prohibida por el Ayuntamiento, pero los tribunales terminaron vetando la decisión y autorizándola bajo un despliegue policial. Yordanka Fandukova, la alcaldesa de Sofía, insistió ante la decisión judicial de los tribunales: “Este tipo de actos no tienen cabida en nuestra ciudad.” Y no fue la única, el Gobierno, los principales partidos políticos y organizaciones judías pidieron la prohibición de la marcha; hicieron un llamado internacional y recolectaron más de 178 mil firmas. “Tristeza y malestar por la expresión de intolerancia que representa la marcha de Lukov. El general Hristo Lukov era un simpatizante de los nazis que fomentó el odio y la injusticia, no es alguien que merezca veneración”, expresó la Embajada de los Estados Unidos en Sofía.

¿Quién fue el general Hristo Lukov?

Fue ministro de la Guerra de Bulgaria y mantuvo estrechas relaciones con los altos cargos de la Alemania nazi. Impulsó una ley (a imagen de las Leyes de Núremberg de 1935) que despojaba a los judío de sus derechos civiles. Bajo su mando, se prohibieron los matrimonios entre judíos y no judíos y los obligaron a pagar una tasa especial; autorizó que fueran expulsados de universidades, del gobierno y de la política, y se les prohibió ejercer como profesionales; les confiscaron las propiedades para después enviarlos a los campos de concentración.

Esto que escribí, lo ratifico más que nunca:

“La lucha en la historia de la evolución de los derechos de la humanidad, se ve terriblemente opacada cuando hay actos de discriminación y odio […] deberíamos tener claro que el color de piel no demuestra la bondad de las personas; Adolph Hitler, Josef Stalin […] eran personas de tez blanca […] La raza humana es una y por consiguiente el que no la acepte tal cual es, tampoco se acepta a sí mismo. Las diferencias no las hacen los diferentes tonos de piel.”

Concluyo: El nacionalismo genera holocaustos.