Chernóbil flotante

25 de Noviembre de 2024

Rebeca Pal

Chernóbil flotante

Akademik Lomonosov, es la primera planta nuclear que navega por el Mar Báltico. Es un reactor flotante que estará anclado al mar. Durante un año, este buque atómico ruso será remolcado hasta llegar frente a las costas de la ciudad de Pevek. Hará una escala en Murmansk, para abastecerse de combustible nuclear, y seguirá hacia el ártico para facilitar la explotación de petróleo, gas y carbón. Está planeado para que provea energía a las zonas remotas del oriente y al norte de Siberia.

Más cosas: Hablamos de una planta con dos reactores nucleares de 35 MW cada uno y un casco que pesa 21,500 toneladas. Tiene 144 metros de largo y 30 metros de ancho, cuenta con la capacidad de satisfacer las necesidades energéticas de 100,000 personas. Sin dejar a un lado los cordones industriales y las plataformas petrolíferas. La empresa a cargo del proyecto es la estatal Rosatom.

Los ecologistas y ambientalistas lo llaman el Chernóbil flotante o el Titanic nuclear, y con justa razón, ya que es terrible que un reactor nuclear esté moviéndose alrededor del Océano Ártico. Suecia, Dinamarca y Noruega ya han expresado su preocupación porque el reactor pasará muy cerca de sus costas. La empresa encargada intentó protegerse haciendo público el siguiente comentario: “La unidad flotante cumple con todos los requerimientos del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), y no constituye ninguna amenaza para el medioambiente”.

Pero aquí no acaba esto, Rusia tiene planeado construir cinco reactores atómicos flotantes en los años a seguir.

La avaricia

Este proyecto, modelo atómico de miles de millones de dólares, ha despertado la curiosidad por llegar a los tesoros ocultos bajo el hielo. Rusia lleva décadas investigando la zona, ya ha enviado diez buques rompehielo propulsados por energía atómica y, desde entonces, las ambiciones de este país siguen creciendo. Los expertos señalan que el reactor flotante en definitiva es un paso más hacia la exploración petrolera del Ártico. Algunos analistas consideran que es un proyecto que vale la pena, y una excelente alternativa energética para las zonas remotas o para países que no tienen planeado instalar plantas atómicas en su territorio.

El servicio Geológico de Estados Unidos, comentó que el 25% de las reservas de gas y de petróleo de todo el planeta, están en el Ártico. Por eso Rusia quiere estar preparado con la mejor tecnología para perforar y extraer los recursos. Y está claro, con el cambio climático y el derretimiento del hielo, tiene todo para ganar; la zona es más accesible.

La seguridad, las normativas legales y los estándares de construcción siguen en disputa. “Hasta que algunas de las inquietudes sean abordadas, el verdadero potencial de esta alternativa seguirá siendo una interrogante” Michael Ford, encargado de una investigación sobre plantas nucleares flotantes.

Yo considero que es demasiada la codicia y es muy arriesgado para las zonas más desprotegidas del planeta. Si esto termina en una catástrofe nuclear, estamos hablando de que se destruiría el medio de vida de miles de personas, sin hablar de los efectos tan desastrosos sobre la fauna. No olvidemos, hace treinta y dos años sucedió en Chernóbil y hace siete años en Fukushima, el peligro siempre es latente. Yo quisiera saber, si las zonas afectadas en Chernóbil y Fukushima fueron difíciles de limpiar, ¿cómo sería en el Ártico con temperaturas bajo cero y tormentas de nieve?