Llevo mucho tiempo sabiendo que algo está mal porque tengo cansancio, del que no se cura durmiendo. Y me da tristeza reconocer que tengo que desplomarme para parar y aceptar que las ojeras, el dolor de espalda, el cansancio eterno, el insomnio y la falta de motivación vienen con un mensaje que no he querido leer. Por eso quiero escribir sobre el agotamiento emocional, porque sé que en esto no estoy sola, somos muchos los que andamos por la vida como zombies, cargando y llevando un saco de piedras sobre la espalda de un lado a otro.
El agotamiento emocional es un estado al que se llega por sobrecarga de esfuerzo, y no sólo por excesos laborales o físicos. Tampoco llega de un día para otro, se trata de un proceso que se incuba lentamente, hasta que llega un punto en que la persona se desploma, colapsa porque ya no aguanta más. El peso lo quiebra y lo sumerge en la parálisis, la depresión o una enfermedad crónica. Aunque el agotamiento emocional se experimenta como cansancio mental, suele estar acompañado de una gran fatiga física y de una sensación de pesadez.
Las causas
Se origina por un desbalance entre lo que damos y lo que recibimos. También ocurre en ámbitos en donde hay una alta exigencia que demanda grandes sacrificios. La persona que se ve afectada suele no tener tiempo para sí misma, no recibe el reconocimiento, la consideración o el afecto necesario.
Síntomas
- Cansancio físico: La fatiga es frecuente, desde que abre los ojos hasta que los cierra.
- Insomnio: Por muy contradictorio que sea, la persona que emocionalmente está cansada, tiene grandes dificultades para conciliar el sueño.
- Irritabilidad: Molestia, mal humor, sensibilidad y pérdida de autocontrol con bastante frecuencia.
- Falta de motivación: La persona actúa por inercia, sin entusiasmo ni interés.
- Distanciamiento afectivo: Las emociones se vuelven planas. Como si ya no sintiera nada.
- Olvidos frecuentes: La saturación de información y estímulos dan lugar a fallos en la memoria.
- Dificultad para pensar: Razona con lentitud porque cada actividad le implica un mayor gasto de tiempo y energía.
Para superar el cansancio emocional hay que descansar, porque al final es nuestro cuerpo el que siempre tiene que cargar con nosotros y con el estrés que diariamente le inyectamos. Trabajar con las obsesiones de perfección y cumplimiento que nos llevan una y otra vez al punto de quiebre. Tener compasión de nosotros mismos, nos torturamos por falta de conmiseración.
Hoy lo comprendo, el agotamiento emocional es la consecuencia de exigirse ser demasiado fuerte por mucho tiempo.