Para la reunión con el presidente Xi Jinping, el presidente Andrés Manuel López Obrador y su equipo, aseguran, iban bien preparados para tender puentes y negociar inversiones, resolver algunos malestares sobre la explotación minera y datos muy específicos sobre el trasiego de fentanilo, lo que incluía nombres de empresas y posibles vínculos.
El presidente chino accedió a trabajar directamente con las oficinas mexicanas y hasta plantear una agenda de intereses comunes, peeero sin Estados Unidos, algo que podría poner en aprietos a los mexicanos, porque las relaciones entre el país del norte y el asiático cada vez se tensan más.