El camino de regreso, como lo fue el de ida, no fue sencillo, pero fue más largo y mucho más doloroso.
Llegar hasta Ciudad Juárez y permanecer retenidos mantuvo a Edin, Dikson y Jesús, nueve días fuera de sus casas. Regresar hasta el municipio de Protección, enclavado en el norte de Honduras, muy cerca de la frontera con Guatemala, significó 15 días más. Sólo que al dejar a sus familias la noche del 19 de marzo pasado, estos jóvenes de 26, 30 y 32 años, respectivamente, estaban vivos; pero al retornar el 11 de abril lo hicieron en féretros grises envueltos en una caja de cartón.
Ellos murieron, igual que otras 37 hombres migrantes más, tres hondureños, 18 guatemaltecos, siete salvadoreños, siete venezolanos y un colombiano por culpa de las autoridades de migración mexicanas. Al salir de su pueblo, donde trabajaban en el campo, Edin, Dikson y Jesús se fueron sigilosos, de noche y con los polleros; esta semana que regresaron, lo hicieron en un vuelo de la Fuerza Aérea Mexicana, también era de noche, pero esta vez sus familiares, amigos y vecinos les guardaron vigilia toda la madrugada, más de 500 personas los esperaron en la carretera. Decenas de motocicletas y automóviles aguardaron, con pancartas en mano y flores, en la entrada de la comunidad de Chalmeca en Nueva Arcadia, Copán, y desde allí, escoltando los féretros llegaron a la Aldea Nuevo Porvenir, donde vivían.
El periódico La Prensa de Honduras relata que recibieron como héroes a esos tres jóvenes que murieron a tres mil 424 kilómetros lejos de sus casas, en el incendio ocurrido en el centro de retención migratorio de Ciudad Juárez, Chihuahua, a tan sólo unos pasos de la frontera con Estados Unidos.
Justicia y reparación
Escenas similares, de orgullo y dolor, de frustración y enojo, se repiten en las crónicas de los periódicos de Guatemala, El Salvador y Venezuela, todos están enterrando a sus muertos.
“El gobierno de la República ha solicitado al gobierno de México que se haga una exhaustiva investigación de los hechos ocurridos y condene a los autores del crimen”, expuso en un comunicado la cancillería hondureña.
De hecho, los gobiernos de cada país han exigido al mexicano que haga justicia y repare el daño. No sólo han sido las palabras, sino las imágenes las que han golpeado al gobierno de Andrés Manuel López Obrador, pues una de las instituciones de su gobierno, que encabeza uno de sus más cercanos colaboradores, Francisco Garduño, provocó la muerte de los 40 migrantes.
Y esas imágenes, que golpean las palabras mañaneras, se repitieron en cada lugar y todos los casos, todos los muertos, eran hombres de muy escasos recursos. Antes de llegar a Honduras, el vuelo mexicano hizo escala en Guatemala, allí fueron entregados los cuerpos de 17 de los 19 guatemaltecos que perecieron en el incendio.
“A nombre de México, lamentamos profundamente lo sucedido en esta tragedia. Estamos trabajando para que esto nunca vuelva a pasar”, dijo Laura Carrillo, directora de la Agencia Mexicana de Cooperación Internacional, citó la agencia AFP.
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Durante la ceremonia, funcionarios de la cancillería local se apostaron por unos minutos a un costado de los ataúdes con las fotografías de los
migrantes
fallecidos que luego fueron trasladados en carrozas fúnebres a sus comunidades, donde serán velados y sepultados, la mayoría en regiones indígenas del oeste de Guatemala.
Otra imagen, la más dura, quedó grabada en las declaraciones de la viceministra de
Diáspora y Movilidad Humana
de la Cancillería El Salvador, Cindy Portal, quien en nombre de su gobierno, desde el domingo 9 de abril, llamó a lo ocurrido en Ciudad Juárez “un crimen de Estado”.
“Estamos exigiendo también la renuncia de las personas que son responsables de la política migratoria de México”, sostuvo entonces la funcionaria, quien lo dijo claro: “estamos exigiendo que los culpables de este crimen puedan pagar con cárcel, que la Fiscalía (mexicana) haga el trabajo que le corresponde de hacer una investigación exhaustiva”.
“Nuestro país está y estará muy pendiente de cada uno de los avances que se realicen en este país (México), porque no queremos que este hecho quede y sea uno más que quede en la impunidad”, añadió la viceministra
Apenas el jueves 13 de abril se informó que ya había órdenes de aprehensión contra los funcionarios mexicanos y los integrantes de la empresa de seguridad, pero será hasta el 20 del mismo mes, que comparezca el comisionado Garduño ante el juez, mientras tanto ha advertido el Presidente, seguirá como responsable de la política migratoria de México.
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